Frente a la caída de la natalidad que se presenta en la media nacional, en Aragón, la provincia de Teruel es la única que mantiene el aumento con el que finalizó el año tras llegar al mundo 472 turolenses. Es casi un 14% más que durante los seis primeros meses de 2021 y supone un impulso al aumento de la población del medio rural.
Se trata, además, de la segunda provincia que más aumenta su natalidad, solo por detrás de Palencia, donde crece un 20,74%. El resto de provincias aragonesas no consigue remontar sus cifras, al menos durante los seis primeros meses de este año. En este tiempo se han producido 4.408 nacimientos, lo que supone 130 menos que durante el mismo periodo del 2021 y casi 700 de diferencia con la cifra notificada hace cinco años. Solo la provincia de Teruel logra mantener la tendencia positiva con la que toda la Comunidad cerró 2021, cuando nacieron 9.759 bebés, lo que significó el primer incremento registrado desde 2008.
YAGO VIRGOS (RAQUEL GARCÍA Y JORGE VIRGOS). ALCAÑIZ
Tenemos la guardería a cinco minutos de casa caminando

Los alcañizanos Raquel García y Jorge Virgos son padres primerizos del pequeño Yago, que cumplirá un año el próximo 25 de agosto. Solo en su quinta -la del 2021- hay aproximadamente un centenar de niños. «Buscábamos ser padres desde hace un tiempo, pero no siempre se es cuando uno quiere», señalan. Desde hace unos años cuentan con una estabilidad económica y, sobre todo, laboral, algo que consideran «fundamental para traer a una criatura al mundo».
Ambos están encantados de vivir en la capital bajoaragonesa, una ciudad pequeña con cerca de 16.000 habitantes que dispone de todos los servicios necesarios para vivir. «Las ventajas son todas, principalmente la cercanía. Yago comienza la guardería este año y la tenemos a cinco minutos de casa tanto andando como en coche. Además, hoy en día, contamos con todo tipo de productos para bebés, y si no, siempre se pueden comprar online. También hay muchas actividades lúdicas que no tienen que envidiar nada a las de Zaragoza, por ejemplo», señala García, quien asegura que si sus amigos que viven en ciudades «conocieran la calidad de vida de aquí» seguro que se vendrían.
Las desventajas de vivir en el medio rural para estos padres son casi inexistentes. Solo mencionan el tema de la sanidad, ya que por motivos de salud, cuando buscaron ser padres, así como cuando nació su hijo, tuvieron que recurrir a una clínica privada en Zaragoza. «Sino, hubiera nacido en el Hospital de Alcañiz. Esperamos que si tenemos un segundo hijo llegue al mundo aquí», aseguran.
Esta mejora, que dio pie a pensar en una estabilización de la natalidad e incluso en revertir, aunque fuera ligeramente, la tendencia de los años previos, no se ha reafirmado durante los primeros meses de 2022, provocando un nuevo descenso de nacimientos en Aragón, según las estimaciones hechas públicas este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La provincia de Huesca es la que registra un mayor descenso de la natalidad, al caer más de un 8%, mientras que en Zaragoza baja un 4%.
JARA SERRANO (LAURA GONZÁLEZ Y CRISTIÁN SERRANO) ALCORISA
Los niños se conocen más entre ellos, es todo más familiar

Laura González y Cristián Serrano, de Alcorisa, se convirtieron en padres de la pequeña Jara Serrano, el pasado 16 de enero. No fueron razones laborales las que nos decidieron a ser padres. Creo que el momento perfecto nunca existe. Queríamos tener un hijo desde hace tiempo y lo que nos dio alas para buscarlo fue que mi padre estaba enfermo y queríamos darle un chute de energía», cuenta González.
La pareja «no ve ninguna desventaja» en ser padres en el medio rural. Alcorisa es una localidad que supera los 3.200 habitantes y dispone de todo tipo de servicios. Además, desde hace unos años hay pediatra en el municipio y ya no tienen que desplazarse a Alcañiz. En cuanto a las ventajas, apuntan a la «tranquilidad», a que «los niños se conocen más entre ellos», y a que la pequeña «pueda corretear por la calle sin preocuparse porque haya muchos coches». «Es todo un poco más familiar», afirman. En la quinta del 2022 en Alcorisa, calculan que superarán los 30 niños, muchos más que el año anterior cuando no se llegó a la veintena.
En el cómputo del país, los nacimientos se reducen tras producirse 159.705, 27 menos que un año atrás. De este modo, se confirma la tendencia descendente que se observa prácticamente todos los años tanto a nivel nacional como autonómico. Y crisis como la vivida por la covid-19 no ayudan a revertir la situación. Tampoco se prevé que lo incentive la escalada de precios que se está viviendo durante los últimos meses o la incertidumbre que provoca la guerra de Ucrania.
RAQUEL EDO (ESTHER MARTÍN Y RAÚL EDO). LA GINEBROSA
La mayor ventaja de vivir en el medio rural es la tranquilidad

Esther Martín y Raúl Edo dieron la bienvenida a su segunda hija, Raquel, hace solo tres semanas, el pasado 26 de julio. Viven en La Ginebrosa junto a su otro hijo, Saúl, de tres años. «No queríamos que se llevaran muchos años entre los dos. El mayor entra ahora al cole en septiembre y creíamos que era buena fecha, aunque esto no son matemáticas», explican.
La Ginebrosa es un pueblo pequeño de unos 200 habitantes. Sin embargo, cuenta con consultorio médico, farmacia, tienda, gimnasio y peluquería, entre otros servicios básicos. «Tenemos todo lo que necesitamos. La mayor ventaja es la tranquilidad», confiesan. Para ir a la pediatra y la matrona sí que tienen que desplazarse hasta el centro de salud de Mas de las Matas. Desde que nació Raquel, todavía no les han citado porque los sanitarios se encuentran de vacaciones. «Entiendo que tengan vacaciones, pero deberían sustituirles, al igual que otra persona se encuentra en mi puesto de trabajo ahora que estoy de baja», critica Martín.
En cuanto a la conciliación, la guardería más cercana es la de Aguaviva, que se encuentra a 10 kilómetros. A partir de 1º de Infantil –y hasta que finalizan Primaria- asisten al colegio de La Ginebrosa, que pertenece al CRA Olea, y cuenta con una veintena de alumnos. Después, bajan al IES de Alcañiz para continuar con la ESO. A diferencia de vivir en una ciudad, en el medio rural «es necesario el carné de conducir y vehículo propio para desplazarse». Eso sí, Martín señala que desde donde vivía antes en Zaragoza hasta el hospital tenía 20 minutos, que «es lo mismo que coger el coche aquí y desplazarse al hospital de Alcañiz o al centro de salud de Mas de las Matas».
Aumentan los fallecimientos
En este incierto escenario, en la Comunidad se produce un repunte de los fallecimientos. Los datos publicados por el INE y correspondientes hasta la semana 30 del año -la última de julio- recogen un nuevo incremento de la mortalidad, al registrarse 8.992 defunciones, 557 más que el año anterior. Un alza que estaría ligada principalmente a la pandemia y las olas de calor de este verano. De hecho, las mayores cifras se dan en los primeros meses del año -cuando la Comunidad vivió la mayor transmisión de covid de toda la pandemia- y en los dos últimos meses, marcados por varias jornadas con temperaturas por encima de los 40 grados.
Según los datos del Departamento de Sanidad, entre enero y julio han muerto 1.221 infectadas por coronavirus, mientras que en 2021 se produjeron 316 decesos menos a consecuencia de la pandemia, en gran medida, por las restricciones aplicadas para evitar contagios y el inicio de la campaña de vacunación.
Además, el Instituto Carlos III, dependiente del Ministerio de Sanidad, atribuye a las altas temperaturas 220 fallecimientos ocurridos entre junio y julio, mientras que el año anterior fueron 68.