El Convento Servita de Cuevas de Cañart continúa con su proceso de consolidación y adecuación de la mano, en este caso, de dos restauradoras de la Fundación Santa María de Albarracín. Y es que la pasada semana concluyó la restauración de uno de sus muros, así como un arco y unos elementos decorativos, compuestos por varios ángeles. La actuación estuvo financiada por el Área de Patrimonio de la Comarca del Maestrazgo, a petición del propio municipio, que veía peligrar este enclave, que supone un lugar mágico y muy atractivo para vecinos y visitantes.
Las obras se llevaron a cabo con bastante urgencia, ya que el desgaste de estos elementos suponía un peligro. La intervención consistió en el sellado de las grietas con yeso y en la inyección de morteros para asegurar un arco con decoración a base de tres ángeles entre nubes, en riesgo de desprenderse. «El arco unía la antigua iglesia con el claustro. En su época fue muy importante, tenía una decoración con relieves y pinturas y en la parte de arriba tenía unos yesos, que son precisamente esas tres cabezas de ángeles que aún se conservan y corrían el riesgo de desprenderse», explicó Sonia Sánchez, técnico de patrimonio cultural de la Comarca del Maestrazgo.

Asimismo, se ha realizado mejoras en uno de los muros interiores del tempo, también muy afectado por el paso del tiempo. Más teniendo en cuenta la ausencia de techumbre, lo que permite que las inclemencias del tiempo azoten este antiguo Convento de los Padres Servitas. Al caer las bóvedas los muros quedaron descubiertos y ya en los años 90 desde la Asociación Cultural de Cuevas de Cañart se empezó a impulsar labores de rehabilitación, que ahora se han consolidado.
El muro conecta la iglesia del Convento con una de las crujías del claustro, que fue rehabilitado el año pasado como sala de visitantes -en estos momentos cerrada al público- y que en un futuro albergará un museo sobre la historia de los monjes Servitas y su llegada a la Comarca del Maestrazgo.