Rosa Orona se estrenó en política con su reciente elección como alcaldesa de Mazaleón. Considera que su municipio vive un momento complicado pero confía en que con la unión de todos los vecinos se superen los retos a los que se enfrentan
Nació en Calaceite pero ya lleva más de media vida en Mazaleón.
Soy de Calaceite pero de muy joven vine a Mazaleón, donde me casé y tengo dos hijos. Mi padre era también de Mazaleón. Trabajé en la fábrica textil y posteriormente he estado 15 años cuidando de mi padre, que por enfermedad se quedó durante todos esos años en situación de dependencia total en la cama hasta su fallecimiento el año pasado. Ahora mi madre también es dependiente. Fue la alguacila de Calaceite durante muchos años. En aquellos años, en los 70 y 80, era la única alguacila de la zona y había gente que se sorprendía.
¿Le marcó la profesión de su madre y ese contacto con el ayuntamiento?
Sí. Yo era niña y recuerdo entrar mucho al ayuntamiento y conocer a todos los concejales y alcaldes que estuvieron durante esos años. Estaba familiarizada con escuchar a mi madre decir que tenía que ir a una firma con el alcalde y preparar cualquier asunto municipal o incidencia que hubiese en el pueblo. Quizá por ello se me quedó un poso de interés por el funcionamiento de un ayuntamiento y de la política local.
¿Le gustaba ya la política? ¿Cómo decide dar el paso?
La sigo desde siempre. Soy la típica persona que sigue las noticias y la prensa con mucho interés y me gusta mucho comentar y opinar sobre actualidad política ¡Mis hijos me dicen que siempre estoy hablando de política! Pero de ahí a dar el paso, la verdad que mi familia no lo tenía tan claro. Tras muchos años cuidando de mis padres y suegros, también tuve en octubre un achaque de salud. Mi familia me dijo entonces que había dedicado toda mi vida a ayudar y cuidar a los demás y que era el turno de que yo recibiese ahora esa ayuda. Pero me llamaron para ir en la lista del PP, que en un inicio iba de las últimas y más tarde me propusieron encabezarla. La verdad que el partido se ha volcado y se está volcando conmigo. Desde los compañeros del Matarraña como Fernando Camps y Carlos Boné, hasta el propio presidente provincial, Joaquín Juste. Me están apoyando en todo. Me encontré sin mi padre, también sin mi suegro y con mi hija ya independizada y pensé que todo ese trabajo que he hecho por los demás, lo podía hacer también por mi pueblo que además vive una situación muy delicada. Por ello asumo este reto muy ilusionada y con muchas ganas de trabajar y hacer todo lo posible por Mazaleón.
¿Qué aficiones tiene? ¿Cómo es su día a día?
Soy una persona que me gusta ser cariñosa e intento ser cercana con todo el mundo. Es muy importante para mi hacer sentir ese cariño, ese contacto y esa cercanía con las personas. He tenido poco tiempo estos años para llevar a cabo diferentes aficiones. Pero me gusta participar en todo tipo de actividades, pasear, seguir la actualidad política y soy una persona muy familiar.
Llega además a la alcaldía en un momento muy complicado para Mazaleón, con muchos frentes abiertos...
Tenemos por delante unos años difíciles y muchos retos. Pero la afronto con muchas ganas y energía. El del sharka es sin duda el más urgente. Es una crisis que nos ha vapuleado a todo el pueblo. Sin ir más lejos en mi familia y en la de muchos de los concejales que conformamos el equipo de gobierno. Es el asunto que más nos preocupa y que es totalmente prioritario. Pero tenemos otros retos como las eólicas y otros problemas que van surgiendo como el que nos ha sobrevenido estos días con el agua potable. Sé que será una legislatura muy dura y por ello mi idea inicial es que todos los concejales y todo el pueblo vayamos a una. No tiene sentido dividirse en un momento tan crítico.