El Consorcio Patrimonio Ibérico de Aragón organizó este domingo una visita guiada por el yacimiento
Un centenar de personas participó este domingo en una visita guiada por el yacimiento íbero-romano de El Palao de Alcañiz con motivo de la actividad 'En agosto, iberízate', organizada por el Consorcio del Patrimonio Ibérico de Aragón.
Cabe destacar que el Gobierno de Aragón declaró este año como Bien de Interés Cultural (BIC) el yacimiento alcañizano, una declaración que protege todo el entorno de El Palao y que pone de manifiesto la importancia patrimonial y cultural de este espacio; un yacimiento con mucho potencial y es que, según los expertos, tan solo se ha excavado el 5% de la superficie de la zona.
Los arqueólogos José Antonio Benavente y Salvador Melguizo fueron los encargados de guiar a los presentes por las ruinas de lo que en su día fue la capital administrativa y comercial del Bajo Aragón.
Se trata de un asentamiento datado en el siglo VII a.C. y que estuvo ocupado hasta el año 70 d.C. Su principal particularidad es que, al contrario que otros yacimientos bajoaragoneses, los íberos aceptaron la llegada de los romanos y no hubo conflicto bélico durante la ocupación. «El Palao comenzó siendo un poblado pequeño y fortificado. Tuvo un crecimiento muy grande con la llegada de los romanos y calculamos que en su momento álgido más de 2.000 personas vivieron en esta ciudad», comentó José Antonio Benavente, gerente del Consorcio del Patrimonio Ibérico de Aragón.
Durante la visita, los presentes pudieron conocer de primera mano, gracias a las explicaciones de los arqueólogos, algunas curiosidades de este yacimiento íbero y el porqué de los descubrimientos hallados por los investigadores.
Entre las localizaciones, destaca una cisterna de recogida de agua que servía como abastecimiento para los habitantes de la antigua Osicerda, nombre romano que se le dio a esta pequeña metrópolis. «Es un espacio que servía para recoger el agua de lluvia y para abastecer a la ciudad. Calculamos que podía retener alrededor de 200 metros cúbicos de agua», explicó Benavente.
Los íberos y el aceite
Además de visualizar los restos de algunas viviendas de los íberos y de los emplazamientos donde hace 2.000 años hubo templos religiosos y edificios institucionales, los presentes pudieron conocer la última línea de investigación abierta por el Consorcio del Patrimonio Ibérico del Bajo Aragón.
Un estudio que trata de esclarecer la relación que tuvo todo este territorio con el cultivo y la comercialización del aceite sobre el siglo I a.C. «Nuestra hipótesis es que en Osicerda se cultivaba la oliva y aquí se producía un aceite que posteriormente se comercializaba al exterior a través de la ruta del Ebro», comentó Benavente.
De hecho, el pasado año el Consorcio presentó ante el Gobierno de Aragón un proyecto que pretendía demostrar la relación de los íberos del Bajo Aragón con la comercialización del aceite. Una investigación que por problemas administrativos se quedó en 'stand-by' y que tratarán de retomar el próximo año. «Queremos intervenir en varias zonas para obtener muestras para analizar y confirmar si en algunos de los espacios de El Palao se prensaba, como pensamos, la oliva».
La programación 'En agosto, ibérizate' llegará a su final el próximo domingo 31 de septiembre en Andorra. Tendrá lugar a las 11.00 y desde el Consorcio Patrimonio Ibérico en Aragón han preparado la actividad 'La magia del Brujo Íbero' con la que darán a conocer el patrimonio ibérico del territorio a los más pequeños.