La periodista de TVE ha recibido el primer premio Pilar Narvión del II Curso de Periodismo de Alcañiz. Antes de recogerlo ha participado en una sesión sobre la invisibilidad de la mujer en el periodismo deportivo. La periodista repasa su trayectoria profesional, con momentos cargados de emoción y también situaciones bochornosas y sexistas que le han animado a comprometerse con la lucha por la igualdad.
¿Qué supone recibir este premio?
Una de las veces que me llamó Eva Defior (directora del Grupo de Comunicación La Comarca) de entre todas las comunicaciones que hemos tenido mientras estaba preparando el curso y me dijo que se había creado el premio Pilar Narvión, yo pensé que me había llamado para ver si podía ser miembro del jurado o alguna cosa así, pero no imaginé que era porque iba a ser la premiada. Me dijo que me lo decía antes de hacerlo público. Yo me quedé pensando ¡ostras! El premio que homenajea a una mujer pionera en el mundo del periodismo político recae en otra mujer pionera dentro del periodismo deportivo, ambos campos muy masculinos, en donde ha costado mucho trabajo y mucho esfuerzo. Pensé que el esfuerzo que me ha costado a mí lo tuvo ella, con muchas más dificultades porque ella estaba en el terreno político, que es mucho más espinoso que el mundo deportivo… Así que es un honor. Recuerdo haberla leído cuando era pequeña, cuando cayeron los primeros periódicos en mi mano. Leía a las pocas mujeres periodistas que había entonces: una jovencísima Pilar Cernuda, Marije Santa Eulalia… Eran mujeres en un mundo de hombres. Cuando reposé la noticia, me sentí muy contenta y muy reconocida.
Dices que desde pequeña leías a las periodistas, ¿Cuándo decides ser periodista?
Yo he sido siempre muy curiosa. Desde muy pequeña estaba con periódicos, dormía siempre con una radio debajo de la almohada. Pero no fue en COU hasta que me decidí. Tenía tres carreras pensadas, psicología ciencias políticas y periodismo. Y camino del rectorado para hacer la matrícula me decidí por el periodismo. Me encantó y me ha seguido encantando. Los cinco años de carrera son para tener el título pero es después, cuando desarrollas el periodismo, cuando te das cuenta de la dimensión de un periodista. De investigar, de prepararte, de ir a una entrevista sabiendo a quien te vas a enfrentar, cual es su trayectoria, de estudiar y documentarte… de todo. Eso es lo que me ha llamado siempre del periodismo. La curiosidad por saber qué somos, dónde estamos, qué tenemos por delante…
¿Tenías claro que el ámbito deportivo iba a ser lo tuyo?
Cuando llegamos a la primera clase en la universidad uno de mis compañeros fue Fran Llorente y otro Vicente Vallés. Ya todos desde entonces teníamos claro a que queríamos dedicarnos. Ellos actualidad, política, economía… Y yo, si podía, sabía que quería el mundo deportivo. Dio la casualidad de que cuando llegué con una beca a Televisión Española me preguntaron por mis preferencias. Yo dije que deporte y se sorprendieron. Pero se quedaron encantados de la vida porque allí necesitaban manos y yo, feliz. Si me hubiese tocado política, economía o sociedad seguramente también me hubiera preparado pero si me daban a escoger, quería deporte.
¿Prácticas deporte?
Desde bien pequeña siempre, aunque no a nivel profesional, siempre popular. Salvo los años de la carrera que también estaba trabajando y no tenía tiempo. Ahora también sigo; voy todos los días al gimnasio a las ocho de la mañana. Hago cinta, elíptica, musculación, natación, mantenimiento más que otra cosa.
¿Cómo es entrar en una redacción, la de deportes, en la que había poquísimas mujeres?
Es muy difícil. Llegar en los años 80 a una redacción en la que la mayoría son hombres, donde todo está tan masculinizado, es difícil. Y eso que yo tuve suerte porque no fui la primera. La primera fue Maricarmen Izquierdo. Estaban también María Antonia Martínez, María Escario, Olga Viza, Elena Sánchez. Me encontré con ese grupo que había abierto brecha y me sentía más arropada y amparada. Pero aun así los hombres nos miraban con cierto menosprecio y displicencia, como que les estábamos quitando el sitio. Y yo siempre pensaba «si a ti nadie te pone ninguna pega para estar aquí, ¿por qué me pones a mi pegas? tanto derecho tienes tú como tengo yo». Y yo reivindicaba mi vocación. Ahora afortunadamente hay más pantallas, más redes sociales, más radios y más periódicos en las que hay muchas mujeres. Además en todos los terrenos tanto en el mundo social como en la economía, presentando, editando, asumiendo puestos de responsabilidad…. No es 50% pero sí está bastante más igualado con respecto a los años en los que yo empecé.
Sigue habiendo titulares sexitas, comportamientos machistas... ¿Has vivido alguna situación que quieras compartir?
Yo lo he sufrido. A mí me han metido mano en la redacción. Uno de estos señores que trabajaba en la redacción intentaba aprovechar, primero con mensajes un poquito lascivos, pero luego aprovechó un momento en el que no había nadie en la redacción para pasar por detrás de mi y ponerme las manos en las tetas, en el pecho. Y me dijo «¿qué tenemos aquí?» Yo me di la vuelta y le dije: «¿A tí esto te gustaría que se lo hicieran a tu hija? Desde ese momento la relación con este individuo pasó de estar permanentemente intentando estar a solas conmigo a estar permanentemente buscando estar acompañado por si acaso yo le decía algo. Él desde luego no me conocía, no sabía que yo no le hubiese dicho nunca nada más. Pero él ya sabía la vergüenza que pasó y yo también sé que ese tío me metió mano aprovechando mi debilidad porque esto del sexismo es una cuestión de demostrar el poder. Y en ese momento él quiso demostrar que el estaba ahí y que podía hacer conmigo lo que hizo. Se lo rebajé a donde más le dolía, que era su hija. Yo tenía veintitantos años.
¿Te tienes que imponer más que un hombre? ¿Tienes que demostrar más para llegar al mismo sitio?
Tú tienes que demostrar que trabajas bien, que tienes tantos o más conocimientos que ellos y que además sabes organizar. Porque la manera de trabajar que tienen las mujeres es diferente a la de los hombres. No digo que sea ni mejor ni peor, sino diferente. Yo creo que la de la mujer es más práctica. Hay determinados momentos en que ser prácticos y ordenados es mejor para el colectivo a la hora de sacar un trabajo en común como es un telediario, un programa o un periódico. Esta forma de organizar de las mujeres es nueva y puede que haya a algunos a quienes les guste más cómo dirige una mujer que un hombre.
¿Cuál es la retransmisión o momento que recuerdas con especial emoción?
Son muchos momentos. Así en bloque, cuando estas haciendo retransmisiones y más en los juegos olímpicos, cuando hay deportistas españoles que se están jugando la medalla. Tu te implicas emocionalmente con ellos. Las medallas que han ganado los deportistas españoles que yo he podido cantar no las olvido. La medalla de plata de Carolina Pascual en Barcelona en rítmica. El oro de las conjunteras en Atlanta, las medallas de Gervasio Deferr, de Patricia Moreno, las de Río hace 4 años en el conjunto… Te llevan a un estado de emoción tremendo que hacen hasta que pierdas un poco el norte. Porque no soy de piedra, yo siento. Me acuerdo de Vancouver, con la patinadora canadiense Joannie Rochette. Ella empezaba a competir un martes y el domingo se murió en la misma ciudad su madre de un infarto. Ella salió a competir y todos sabíamos que su madre estaba en el deposito de cadáveres. Todos nos hicimos sensibles y Joannie Rochette en esos momentos fue nuestra hija. En la retransmisión se nota como yo lloro y se me oye llorar. Somos seres humanos, no comentaristas robot y también tenemos sensaciones y sensibilidad. Todo lo que sea transmitir todo lo que yo estoy viviendo de bueno, de malo o de emocionante, me parece bueno porque es una manera de comunicar.
¿Te ves haciendo otra cosa que no sea periodismo deportivo?
No, y menos a estas alturas, después de 34 años. Paco Lobatón me quiso hace muchos años. Cuando él estaba presentando el telediario y lo dejo para hacer el programa Parlamento me quiso captar. Yo no me veía, me sentí muy agradecida pero decliné la invitación. Estoy muy cómoda donde estoy. Haciendo deportes olímpicos o paralímpicos y defendiendo el papel de la mujer en el mundo del deporte, la igualdad… Todos esos aspectos sociales y humanos que también forman parte del mundo del deporte. Siento que pongo mi granito de arena. A lo mejor es minúsculo y no sirve para mucho, pero mientras pueda lo seguiré haciendo. Me parece que es un compromiso que tengo con la sociedad.
FERNANDO dice
Dicen que periodista(malo) es aquel que escribe de todo , pero no entiende de nada, Por hacer caso, debes de así hacerlo, Sigue así Paloma