Alcañiz se echó a la plaza en la mañana de Domingo de Resurrección para presenciar uno de los momentos más esperados de la Semana Santa como es la procesión de las Palometas. Y fue tan especial y radiante como siempre, algo a lo que ayudó el sol que no abandonó al Bajo Aragón en una de las semanas más importantes del año. A la una de la tarde, la plaza ya hervía de gentío que esperaba la llegada de la granada. La salida del palio de la iglesia mayor con toda la corporación puso en preaviso de que el momento se acercaba.
Y con el acompañamiento de la Unión Musical Nuestra Señora de los Pueyos comenzó a avanzar la comitiva procedente de la calle Espejo con los integrantes de las cofradías de la Virgen del Carmen y el Santo Entierro. Este Domingo, a diferencia de anteriores, accedió todo el personal de la procesión a la plaza con la finalidad de facilitar de este modo la visión del momento clave a todos.
Entró entonces la peana que se detuvo ante el palio y el párroco y tras las tres genuflexiones, se abrió la granada dejando a la virgen al descubierto y las palomas -palometas alcañizanas- alzando el vuelo. De amaestrar a estas aves se ha ocupado durante años Antonio Milián, siguiendo una labor que ya hacía su padre. Acompañado por Vicente Dobato, esta vez fue él, junto a su esposa, el encargado de tirar de las cintas para abrir la granada al tiempo que lanzó un beso al cielo. Lo hicieron en memoria de su hijo Adrián, un joven muy querido en Alcañiz y que falleció en accidente laboral el pasado mes de enero.
Con la Unión interpretando el ‘Aleluya’ en señal de júbilo por la Resurrección y los aplausos del personal, la procesión siguió a la iglesia. Tras coronar a la virgen, la comitiva regresó a la calle para poner rumbo a la plaza, calle Alejandre y terminar en la iglesia del Carmen.
No solo en Alcañiz hubo procesión dominical. Poblaciones como Samper de Calanda e Híjar -que este lunes se hermanarán en Santa Quiteria- o Andorra, celebraron este día. En la villa minera además, no faltaron las jotas y la bendición de tortas de Pascua antes de procesionar a Jesús Resucitado. Urrea de Gaén también salió a la calles, así como Albalate del Arzobispo, que lo hizo con su misa en el Calvario y la bajada en procesión con el Cristo de la Victoria hasta la iglesia.
Pronto saldrán los «antisistema» a decir que no se pueden usar los animales para fiestas culturales.
viva Cristo Rey