Las estaciones no cuentan con personal, las máquinas están fuera de servicio y se expiden los tickets en el vagón
Los usuarios del tren que une a primera hora de la mañana Fayón con Zaragoza alertan de que llevan varios meses sin poder comprar billetes. A excepción de Samper de Calanda, las estaciones no cuentan con personal para la venta en taquilla, las máquinas de Renfe llevan más de un año fuera de servicio y los pasajeros están supeditados a expedir el billete dentro del vagón. Sin embargo, desde el pasado mes de junio la línea que va de Mora d»Ebre a Zaragoza por la mañana (5.30 a.m.) y en la que se desplazan una media de 120 pasajeros al día, viaja al menos tres veces por semana sin revisor y los pasajeros no pueden adquirir el ticket correspondiente. El tren realiza paradas en Fayón, Nonaspe, Fabara, Caspe, Samper, La Puebla, La Zaida-Sástago, Quinto, Fuentes de Ebro, Zaragoza. Este problema se focaliza únicamente en este ferrocarril matutino y no en las dos líneas restantes que unen Barcelona con Zaragoza y realizan paradas en estas localidades en las que sí se cuenta con revisor en el vagón.
Lejos de alegrarse por viajar «gratis», los vecinos denuncian esta situación y se muestran temerosos de que Renfe decida eliminar el servicio por falta de usuarios. «Yo he subido un par de veces en el primer tren de la mañana y no ha pasado el revisor. He viajado a Zaragoza sin pagar, pero eso no lo queremos porque nos lo van a quitar. Luego dicen que no hay gente, no me extraña», denuncia María Molinos, caspolina y usuaria frecuente del ferrocarril. En la misma línea se expresa el maellano Paco Joval, pasajero de esta línea. «En las últimas semanas no ha pasado nadie ni a cobrarnos el billete ni a exigirlo. Es una situación que se da al menos tres veces por semana y también los lunes cuando hay más pasajeros», afirma. Al problema de no estar registrado en las estadísticas de Renfe se une otro más grave. No contar con un seguro que cubra al viajero en caso de accidente ni tener un aval para las reclamaciones al servicio. Cabe destacar que una parte del precio del billete se destina a cubrir un seguro. «Si nos pasa algo no constamos en ningún sitio, ni tenemos billete que diga que estamos en ese tren. Ni siquiera para reclamar si hiciera falta», añade Molinos.
Al parecer el problema radicaría en una falta de entendimiento entre las operadoras de Renfe, propietaria de los trenes y el personal, y Adif, encargada de las labores de circulación y mantenimiento. Hasta principios del 2015, el personal, que Adif tenía en las distintas estaciones, se encargaba también de la venta de los billetes. Con el plan de movilización forzosa que empezó a ejecutar el año pasado la operadora dejó de ofrecer este servicio en estaciones como La Puebla de Híjar o Caspe y Renfe no puso a disposición de estas zonas a ninguna persona, supeditando así, la expedición de tickets a bordo del tren. En la actualidad, la única estación bajoaragonesa que continúa con la venta en taquilla es la de Samper de Calanda. Adif mantiene a cuatro operarios en la localidad para dirigir los trenes con el carbón a la central térmica de Andorra. Este personal sí que sigue ofreciendo las labores de venta directa a los usuarios.
Desde el departamento de Movilidad e Infraestructuras del Gobierno de Aragón aseguran que son conocedores de la situación y que ya han trasladado las quejas a Renfe. «El que no se expidan los billetes supone un agravio para Renfe, que no recibe ingresos, y para nosotros, que tendremos que hacer frente al déficit de esa línea», remarca José Gascón, director general del área. Al respecto, CHA Caspe presentará mañana en el pleno municipal una moción en la que instará a ADIF a que invierta en el mantenimiento de la estación caspolina, abra de nuevo las taquillas y vuelva a dotarlas de personal.
Hacer frente a las líneas deficitarias
El ejecutivo autonómico ya ha solicitado una reunión con el Ministerio de Fomento para asentar las bases del futuro convenio que deben firmar con la empresa ferroviaria. «El mismo día que fue nombrado el nuevo ministro de Fomento, el consejero Soro ya solicitó una reunión», inciden. Cabe recordar que DGA se ha negado a abonar los 4,2 millones de euros anuales que supone mantener las líneas deficitarias aragonesas, entre las que destaca el tramo que une Fayón y Caspe, y que engloba a las estaciones de Fabara y Nonaspe. Esta situación provocó un duro enfrentamiento entre Renfe y DGA que dejó en vilo la reanudación de varios líneas de ferrocarril. Finalmente, ambas entidades llegaron a un acuerdo y la empresa ferroviaria ofreció un año para solventar los problemas de financiación de las líneas con menos pasajeros. Sin embargo, la falta de un gobierno central ha provocado un retraso en las negociaciones y el plazo ofrecido por Renfe ha llegado a su fin. A pesar de ello, desde el Pignatelli piden calma y aseguran que el convenio firmado con la operadora permite mantener el servicio hasta que no llegue a un acuerdo con el nuevo gobierno central. «Los usuarios deben estar tranquilos, a pesar de que el plazo finaliza en enero del 2017 el documento firmado cuenta con una clausura que permite ampliarlo hasta no tener una solución», admite Gascón. El director general se muestra confiado en que sea Fomento quién asuma las líneas públicas de obligado cumplimiento y afirma que Aragón debe ser ambicioso. «No podemos quedarnos sólo en quién las va a financiar, sino que debe haber una revisión del servicio completo, de la calidad de la maquinaria y de los horarios. Debemos ser ambiciosos», dice.