El paso de peanas a la iglesia Mayor es una cita íntima con seguidores desde hace décadas
La Semana Santa está cada vez más cerca y conforme van pasando los días van comenzando los preparativos para tenerlo todo listo.
En Alcañiz, el miércoles por la tarde, se realizó el traslado de pasos y peanas de la «casa de los santos» a la iglesia parroquial, un acto que con el paso de los años atrae a más alcañizanos de todas las edades como también a voluntarios y cofrades que ayudan a su transporte. Desde este pasado miércoles, y hasta que comiencen las procesiones, las peanas «dormirán» en el templo y las cinco cofradías de la ciudad se encargarán de limpiarlas y prepararlas durante estos días con el objetivo de que luzcan con todo su esplendor en la Semana de Pasión.
Alfredo Barberán, presidente de la Junta Suprema de la Semana Santa de Alcañiz, se mostró muy satisfecho de la respuesta de los alcañizanos a la hora de seguir y apoyar este acto y, sobre todo, de los voluntarios y cofrades que echan una mano para el traslado.
Sin lugar a dudas, el momento más emocionante es el de la bajada del Cristo del Silencio de su altar y su posterior subida a la peana. En este aspecto, la presidente de la Cofradía del Silencio, Belén Fuster, dijo sentirse muy emocionada porque es un instante muy sencillo pero único. Varias mujeres, entre ellas algunas niñas, fueron las encargadas de limpiar la figura que esculpió en su día José Bueno. No faltó a la cita Carmen Serrano que es la encargada de cuidar la figura durante todo el año y que lleva 27 años acudiendo a este acto de manera ininterrumpida.