El sonido de los tambores comenzó a escucharse en la plaza de La Puebla de Híjar ya entrada la noche, a eso de las nueve ya pasadas a casi y cuarto de este Martes Santo. Los redobles llegaban procedentes del arco de San Roque a cargo del cuerpo de Alabarderos que fue avanzando a paso lento hasta la plaza, el lugar hasta donde debían escoltar al Nazareno que iba a encontrarse con su Madre. Primero llegaron los cofrades con el estandarte, las velas y la peana que dejaron frente a la Dolorosa, que ya aguardaba bajo el arco del Ayuntamiento con la iglesia a sus espaldas. La brisa de la tarde se había convertido ya en un leve viento fresco pero soportable y el público se arremolinó al lado de los dos pasos para presenciar el momento. Muchos tomaron fotografías con sus teléfonos, e incluso alguno conectó en videollamada para que la persona que estaba «al otro lado» viese un fragmento de la procesión desde la distancia pero en riguroso directo.
Pronto aparecieron los alabarderos por la esquina que desemboca en la plaza con su flamante reina Paula Uxach delante, seguida de las cornetas, los tambores y el resto del cuerpo. El público se abrió para dejar que tomasen su característico giro sin perder el paso y manteniendo la formación perfectamente. Siempre lo hacen y siempre es tan hipnótico que resulta difícil quitarles la atención de encima.
Una vez enfilaron la calle Mayor, los acompañantes del paso del Nazareno entonaron varias plegarias guiados por el cura. Terminados los cantos, y retomados los redobles, tomaron posiciones ya juntos para continuar por esa misma calle la procesión en unión, con los penitentes guiando a la Dolorosa custodiada por las esclavas con sus trajes de luto, la vela y el escapulario y con la peana del Nazareno empujada por sus cofrades. Así fueron avanzando en la noche por las calles del centro del pueblo hasta llegar a la iglesia pasando de nuevo por la plaza. En ese mismo escenario sonarán cientos de tambores y bombos en la medianoche del Jueves Santo y no pararán hasta el Sábado Santo, un día marcado por la llegada del Tren del Tambor y el Cese del Toque a las diez de la noche.
cabo alabarderos