La gerente del Hostal Alcorisa, Pili Grau, comparte su historia. Tras seis años en funcionamiento, el establecimiento se clausura finalmente este domingo. Una decisión en la que ha influido de forma determinante la pandemia.
¿Por qué habéis decidido finalmente cerrar este domingo?
Ha sido una decisión dura de tomar, pero vamos a hacerlo finalmente porque no hemos visto otra salida con la normativa que tenemos ahora. Llevamos ya un año luchando, ya llegamos a las mismas fechas de 2020 cuando nos confinaron, y seguimos igual. Ha sido muy duro para todos los hosteleros, y encima vemos que no se ha hecho nada. Cuando llegue la ayuda en mi caso ya será tarde, porque ya no estaremos. Me pena mucho tener que cerrar pero no me queda otra solución, ya me estoy haciendo a la idea.
¿Cuántos años llevabas al frente del Hostal de Alcorisa?, ¿cómo era el trabajo antes de la pandemia?
Seis años en el hostal y cuatro más en otro bar. Diez años en hostelería. Todos los principios son duros. Hice una inversión en este último establecimiento, el cual no terminaba de funcionar (habían pasado muchas personas para gestionarlo antes que yo). Invertí todo lo que pude en cambiar el mobiliario y las instalaciones, incluso el aire acondicionado. Y poco a poco el negocio fue funcionando y evolucionó hasta estar a tope de trabajo. En periodos como la Rompida, Moto GP, la Semana Santa… acogíamos celebraciones como comuniones, bodas de Oro… estábamos completos. Funcionaba tanto el alojamiento como el bar y la terraza. Teníamos demanda e iba muy bien, y entonces llegó la pandemia. Hemos pasado del todo al nada.
Apuntaba que el 2020 iba a ser un año muy bueno ya que Alcorisa acogía las Jornadas del Tambor y el Bombo.
Iba a ser un año «apoteósico». Pensábamos que tendríamos todo completo y que habría mucha actividad. Y entonces cancelaron todo por la pandemia. Si alguien me dice que esto iba a pasar, no me lo hubiera creído. Yo aquí me quería jubilar. Tengo 50 años y mi objetivo era ese, estar en el hostal hasta entonces.
¿Y este último año como lo habéis vivido?
Pues duramente, aunque en lugar de desistir decidimos reinventarnos. Apostamos por el kebab y compramos varios expositores para la comida, para que la gente se la pudiese llevar. Funcionaron ambas iniciativas al principio, pero debido a las duras restricciones que hemos tenido que aguantar hemos visto como la gente ha cambiado su estilo de vida, ahora pasan más tiempo en casa, celebran cenas en los hogares… ya no vienen tanto a los bares, también por culpa de los horarios que hemos tenido hasta ahora tan restrictivos.
¿Cómo afrontas este último fin de semana, tenéis alguna reserva?
Nada, ni una reserva. Pero prefiero que sea así porque me daría más pena, y pensaría que ahora es cuando empieza a ir la cosa a mejor. Estoy segura de que todavía queda para remontar y que aún quedan tiempos difíciles para la hostelería, por desgracia. La gente nos dice que le da mucha pena que nos vayamos, que no saben donde irán ahora a tomar el café, a cenar… Pero es que no podemos hacer otra cosa. Ya no me sale a cuenta, ni económicamente, ni por mi salud. Esto al final acaba siendo una depresión, y no quiero.
¿Y ahora qué?
De momento nos quedaremos en casa, igual intento formarme, hacer cursos. Voy a ser abuela y dedicaré mi tiempo también a ayudar. Me ha gustado mucho estar activa, porque yo no sé estar parada. He hecho de todo: de feriante, he trabajado en un taller, he embolsado melocotones, coger olivas, almendras, una tienda en Alcañiz, peluquería, estética… Treinta años. Me parece raro estar en casa por un tiempo, después de tanto trabajar, pero de momento allí es donde estaré. Se me va a hacer raro hacer la comida solo para dos, cuando antes la hacía para 100 personas.
Un mensaje para los compañeros de la hostelería.
Es una lástima lo que está pasando con la hostelería. Seguramente si hubiesen ayudado antes (como ha ocurrido en otros países) el sector se habría salvado. Si te llega ese apoyo pues no piensas en cerrar, como nos ha ocurrido a nosotros. Pero es que no nos quedaba otra opción: con trabajadores en ERTE, pagando la Seguridad Social, los pagos de autónomos, sin apenas actividad, con esos horarios… De verdad que espero lo mejor para todos los compañeros. Espero que les ayuden finalmente, espero poder echarme un café en sus establecimientos, ver como todo esto progresa y que todos puedan seguir con sus negocios.