La Sociedad de Cazadores de Alcañiz, que ha renovado su convenio con el Ayuntamiento para el aprovechamiento de varios montes públicos, estima que la población de jabalíes ha crecido un 30% en los últimos meses. Gracias al acuerdo con el consistorio, los 300 socios de la entidad seguirán haciendo labores de control cinegético y monitorización del desarrollo de la fauna silvestre en todo el amplio término municipal con especial atención en los últimos meses a la proliferación de palomas, de las que se realizan batidas periódicas para prevención de daños en cultivos, y sobre todo a los jabalíes. Por contra, cabras y corzos parecen estar provocando menos daños en la siembra de los agricultores alcañizanos, con el conejo como incógnita de cara a corto plazo.
Con todo, el mayor riesgo de la proliferación de determinadas especies está en la propia seguridad de las personas. «En esta última temporada tenemos registrados hasta 35 accidentes de tráfico en los que se ha visto la implicación de algún ejemplar de jabalí«, señalo el presidente de la Sociedad de Cazadores de Alcañiz, Antonio Alejos, durante la firma del convenio. Agrupados en muchas ocasiones en manadas, y atraídos por los sembrados, especialmente los maizales, estos animales que están multiplicando su población cruzan a menudo los caminos, y también las carreteras del término municipal de Alcañiz, también las nacionales hacia Calanda y hacia Híjar. «Suponen un peligro evidente, son un riesgo para los coches», afirmó.
Mano a mano con los técnicos medioambientales del Gobierno de Aragón, los grupos de cazadores organizan diversas batidas de manera periódica dirigidas ahora casi exclusivamente al control de jabalíes, que en estos momentos son la especie más problemática. «También recibimos bastantes llamadas de agricultores que nos piden ayuda con las palomas», una especie que genera también un fuerte impacto en los sembrados especialmente de cereal. Con este ánimo preventivo y de control medioambiental, se firma convenio de tal manera que el Ayuntamiento plantea la actividad de la Sociedad de Cazadores como una más de las actividades y servicios que pueden ser necesarios para la defensa de los intereses vecinales.
El convenio detalla cuatro espacios de promoción y desarrollo de la práctica cinegética, con arreglo a criterios medioambientales y habilitación de espacios dirigidos especialmente a reservar allí el desarrollo de especies. Con el tenor literal de «facilitar todas las actuaciones que tiendan a proteger, conservar y fomentar las especies cinegéticas que lo pueblan», el Ayuntamiento convenia con los cazadores la gestión cinegética de 900 hectáreas en La Mangranera, 1.700 hectáreas en Valdevallerías, 2.100 en Valdefardachos y otras 1.500 hectáreas en Dehesa de Pasamán y Loma del Espartal. La información que proviene de estos espacios permite prever la evolución de las especies cinegéticas y cómo afectará su comportamiento en la actividad agrícola de la zona. Y, en su caso, marcará la realización de las labores preceptivas de equilibrio de población, instando en su caso la introducción de nuevos ejemplares si las circunstancias así lo marcan.
Van a la humedad del panizo a comer menudo peligro haber quien es el responsable.