DGA modifica la prórroga de los presupuestos para acelerar asuntos prioritarios
Después de varias semanas de tensiones y de llevar más de un mes con las cuentas autonómicas prorrogadas, al fin la próxima semana la izquierda aragonesa se sentará a negociar los presupuestos de Aragón para 2017.
¿Qué ha cambiado para lograr este avance? Pues que el Gobierno de Aragón de Javier Lambán ha aceptado esta semana las dos principales condiciones de Podemos para sentarse a hablar. Ayer el Boletín Oficial de Aragón publicó la orden por la que se modifica la prórroga presupuestaria para desbloquear el desarrollo de infraestructuras educativas, sanitarias o de servicios sociales pendientes. Es decir, entre otras inversiones, el nuevo Hospital de Alcañiz. Esta medida posibilita el avance de los trámites administrativos para no prolongar aún más los plazos del futuro centro sanitario aunque la adjudicación de las obras estará supeditada a la aprobación del Presupuesto
La otra condición que también han aceptado los socialistas es apartar de las negociaciones al consejero de Hacienda, Fernando Gimeno.
Advierten que en 2016 no se cumplió
Fue el propio Pablo Echenique, líder de Podemos en Aragón, quien ayer confirmó en declaraciones a los medios en los pasillos de las Cortes que se sentaría a hablar con los socialistas aunque advirtió que será «difícil» si no hay garantías para su cumplimiento, como en su opinión no las ha habido en 2016. Tan solo un día antes votó con el PP para que DGA remita «con carácter inmediato» las cuentas al Parlamento.
Esas garantías, agregó, tendrán que ser parte de la conversación ante la «fuerte pérdida de confianza» de Podemos en Gimeno tras constatar los últimos días que «no estaba diciendo la verdad» a los aragoneses al redactar una orden de prórroga presupuestaria «sorprendentemente más restrictiva» que la del año anterior, tomando de «rehenes» a la ciudadanía por intereses de partido.
Además, el lunes tanto la ejecutiva de Podemos como su grupo parlamentario en las Cortes estudiarán de forma prioritaria la modificación de la prórroga y los detalles para afrontar esa negociación para así fijar la fecha de la primera reunión.
Se «normalizará» la política
Desde el PSOE, Lambán dijo ayer en su discurso ante el Comité Regional del partido, celebrado por la tarde en Zaragoza, que la negociación «significará la normalización de la política». En el ecuador de su mandato, hizo un balance «satisfactorio» porque el partido ha sido «bandera» de los derechos sociales y económicos, de los servicios públicos, de una sociedad más moderna y competitiva y de una comunidad «capaz de ser un sujeto político importante».
En las Cortes, el portavoz parlamentario de los socialistas, Javier Sada, destacó ayer los «esfuerzos» de su partido para desbloquear la negociación y se mostró convencido de que habrá un acuerdo para consolidar el giro social en Aragón. Incidió también en que el problema de no tener cuentas no es para DGA sino para los aragoneses, y Podemos y el resto de partidos de izquierdas han entendido que esa responsabilidad está por encima de otros intereses. En cuanto a las garantías que exige Podemos, Sada dijo «que no tengan ninguna duda de que el gobierno cumplirá lo que se pacte».
Para los socialistas, el formato de las conversaciones, en una mesa a dos o a cuatro, es lo de menos y aunque puede haber diferencias, están obligados si son responsables a intentar acercar posiciones y llegarán a un acuerdo «con total seguridad». De reunirse los cuatro partidos juntos (CHA e IU además de PSOE y Podemos), será la primera vez que se encuentran a la vez desde que en septiembre firmaron un acuerdo para impulsar las políticas progresistas en Aragón.
Los pequeños piden su lugar
Precisamente, Gregorio Briz (CHA) reclamó ayer la participación de los cuatro grupos en la negociación y fue más duro con Podemos que su socio de gobierno. «Sus condiciones no eran fundamentales para llegar a un acuerdo, las conversaciones se han ido retrasando porque tenían otras prioridades».
Por último, la diputada de IU en las Cortes, Patricia Luquin, dijo ayer que no tenía sentido que en el Ayuntamiento de Zaragoza sí haya sido posible pactar el presupuesto entre la izquierda y no lo fuera en las Cortes cuando «los actores son prácticamente los mismos».