35 stands protagonizaron este lunes la VIII Feria del Huerto y el Jardín de La Portellada, un municipio que se transformó en un gran vivero y escaparate de flores y productos del territorio para la ocasión. La cita también contó con la participación de productores agroecológicos, todos ellos de la zona y comarcas vecinas, además de diversos artesanos que también dieron a conocer productos como la miel, el vino, diversos aceites del Matarraña o varios quesos de Teruel.
Esta es una feria considerada como «una oportunidad única» para el disfrute de los amantes del jardín y la agricultura de la zona. La joya de la corona han vuelto a ser los viveros, los cuales han servido para que vecinos y visitantes pudieran llevarse todo tipo de macetas para engalanar sus balcones, siendo los claveles y las orquídeas las más vendidas. La cita se inició con el objetivo de ensalzar el papel hortofrutícola de la comarca, algo que se ha conseguido al consagrarse como el lugar donde muchos profesionales del sector van a comprar semillas para preparar la temporada que está a punto de comenzar. «Queremos dar valor a los artesanos y productores locales y consideramos que esta feria es el escaparate idóneo para ello», afirmó la alcaldesa Gloria Serrat.
Coinciden con ello productores como Jesús Borrás, cofundador de la bodega Bayod Borrás, que además de participar en la feria también dio a conocer diferentes variedades de sus vinos para la ocasión con una cata que se celebró el domingo. «El evento es una oportunidad para llevar Fórnoles por el territorio y que la gente nos conozca. Así pueden ver el valor del producto que elaboramos», dijo.
La feria estuvo completada con una demostración de juegos tradicionales y durante la tarde hubo un volteo y repique de campanas para mostrar los toques tradicionales, así como la restauración a la que fueron sometidas hace tan solo un mes.
Además, los días previos se llevaron a cabo actividades de gran interés que incluyeron talleres gastronómicos y charlas educativas para conocer más sobre el cuidado del huerto y el jardín. El cultivo del pistacho en el Bajo Aragón o un taller de cocina a cargo de Inspira Food fueron algunas de ellas. No obstante, probablemente la más llamativa fue la inauguración de la biblioteca de semillas, una iniciativa que se incorpora a la Red de Semillas de Aragón. «Al igual que en una biblioteca cualquiera puede solicitar un préstamo de libros, aquí uno puede solicitar las semillas que desee. Ha tenido muy buena acogida», explicó Víctor Vidal, miembro de la organización de la feria.