Todo fueron caras de alegría y evidente satisfacción en La Portellada. El templo parroquial recuperó el martes sus históricas campanas del siglo XVIII y la matraca tras haber sido sometidas a un proceso de restauración. Fue el 1 de febrero cuando una empresa aragonesa de campaneros retiró las 4 piezas del campanario de San Cosme y San Damián. La actuación ha sido posible gracias a los 17.000 euros que los propios vecinos y el consistorio recaudaron en los últimos años. Fue en 2019, días antes de San Antón, cuando los portillenses decidieron que el importe recaudado en las ofertas de San Antón se destinase a restaurar las campanas. «Estamos muy contentos tal y como se pudo constatar el día que nos instalaron las campanas ya restauradas. Nos lo propusimos y ha sido la colaboración vecinal la que ha hecho esto posible», explicó Gloria Serrat, alcaldesa de La Portellada.

Se trata de unas de las campanas más antiguas de toda la comarca del Matarraña ya que casi todas desaparecieron durante la guerra civil. La pieza más antigua, María, es la campana mediana, de 422 kilogramos de peso y que data de 1794. La más grande de todas, Damiana, pesa 858 kilogramos y data de tan solo un año después que la anterior, de 1795. Por su parte la campana de San Francisco Javier, más pequeña de todas, data de 1971, después de que la anterior sí fuese objeto de saqueo en 1936. Fue precisamente esta pieza la que escondía una de las sorpresas encontradas en la restauración.
Durante las labores de limpieza se encontró en un interior una nota escrita en 1971 y en la que aparece la firma de todos los vecinos que contribuyeron el 16 de marzo de aquel año a subir la campana. No fue el único hallazgo. En otra de las campanas se encontraron varios proyectiles que podrían datar de los siglos XVIII o XIX y que se encontraban en el interior de los contrapesos de madera. «Nos han comentado que con toda probabilidad los emplearon en su día para terminar de equilibrar y contrapesar las piezas», añadió Serrat.

Al igual que durante la maniobra de desmontaje, la reposición se alargó durante varias horas y reunió a numerosos vecinos. Durante su instalación el párroco, Pablo Roda, metió en la caja de 1971 un ejemplar del periódico La COMARCA del reportaje en el que se desmontaron las 4 piezas, así como un escrito con el censo de todos los portillenses. Asimismo, el consistorio conservará los antiguos badajos, que fueron sustituidos por seguridad y el citado escrito de 1971 hallado durante las labores de restauración. Durante la próxima Feria del Huerto y el jardín se procederá a su bandeo.
En su artículo «LA PORTELLADA YA LUCE SUS TRES HISTÓRICAS CAMPANAS Y SU MATRACA TOTALMENTE RESTAURADAS», se relata lo siguiente:
«Se trata de unas de las campanas más antiguas de toda la comarca del Matarraña ya que casi todas desaparecieron durante la guerra civil».
Ruego aclaren la palabra «DESAPARECIERON». Debe tratarse de un eufemismo, ya que las campanas no creo estuvieran cansadas de estar en los campanarios y se fueran a buscar tabaco. Seguro ustedes deben tener la información histórica y objetiva sobre lo acontecido con las campanas del Matarraña, y otras.