El Partido Popular ha propuesto esta tarde a las Cortes de Aragón cinco líneas de actuación sobre las que pivotar un cambio positivo hacia el futuro del pequeño comercio: el urbanismo comercial, la modernización, la digitalización, una política fiscal justa y el apoyo al relevo generacional. Esta propuesta no ha salido adelante al ser rechazada por PSOE, Podemos, CHA y PAR en el parlamento autonómico.
Ha sido el portavoz popular de Industria, Juan Carlos Gracia Suso, el promotor de la proposición no de ley cuyo fundamento en Aragón se centra en la pérdida de 1.800 trabajos autónomos en el sector, en ostentar el récord porcentual de cierres de comercios en España entre 2015 y 2019, o en los tres millones de euros recortados en las ayudas autonómicas. Razones más que suficientes para, como ha solicitado el diputado «apoyar un plan que nos permita liderar la transformación», porque «nadie entendería un gobierno digital que no quiere llevar las nuevas tecnologías al sector del comercio. Nadie entendería cómo un gobierno feminista no ayuda a un sector en el que trabajan el doble de mujeres que de hombres».
Cinco áreas de mejora
Gracia concretó en cinco grandes áreas de mejora el camino de los pequeños negocios familiares aragoneses hacia la sostenibilidad.
La primera aportación es el urbanismo comercial, «hay que conveniar con los ayuntamientos, las comarcas y las asociaciones de comerciantes para mejorar la seguridad, la limpieza o la iluminación de las calles comerciales de las cabeceras de comarca y de todos los municipios que tengan un comercio potente».
El segundo paso consiste, apunto el diputado, en la modernización de las instalaciones «que permitan a nuestro comercio local realizar las inversiones necesarias para remodelar sus establecimientos, y así convertirlo es espacios atractivos».
El siguiente punto es lo que denominó como la «apertura de la puerta digital», lo que significa «alcanzar una verdadera transformación del comercio y adaptar la captación de clientes a las nuevas tecnologías», un propósito al que, lamentó el portavoz popular de Industria, «en Aragón llegamos tarde, muy tarde. Hay que invertir más en digitalización y en formación para que nuestro comercio local tenga otra puerta abierta.
El cuarto aspecto destacado se refirió a la aplicación de una política autonómica fiscal impulsora y no desalentadora tanto de la actividad económica como del relevo generacional, «porque el pequeño comercio que pertenece en su inmensa mayoría a las clases medias aragonesas son los que más IRPF pagan de toda España», que unió con un punto final referido a la imposición negativa que sufren lo herederos a la hora de cumplir con la hacienda pública puesto que «para que un hijo pueda heredar el comercio de su padre sin pagar el impuesto de sucesiones debe garantizar que lo va a tener cinco años abierto. Si cierra antes de los cinco años se le cobra el impuesto», lo que dificulta seriamente la posibilidad del relevo generacional.