Manolo y Mónica Plaza, padre e hija conquenses con raíces en Aliaga, dejan el Dakar tras la rotura, nuevamente, de la transmisión de su Sodicars BV2. La familia llegaba a la etapa 8 tras haber tenido que parar durante dos etapas debido a la sucesión de problemas técnicos y la falta de fiabilidad en su coche. Una vez completado el séptimo día de competición y haberse reenganchado en búsqueda de su objetivo, completar la prueba más dura del mundo, esta nueva recaída ha sentenciado la decisión de tener que dejar de lado la carrera.
La familia conquense volvió a la competición en la etapa 7, tras no poder tomar pista en la 5 debido a una rotura en la transmisión durante la jornada anterior, en la que después de 340 kilómetros y un gran ritmo, intentaron reparar, pero finalmente fueron remolcados por camión hasta el punto de control más cercano. En este momento y con la finalización de la prueba por parte de la organización fueron enviados por un tramo de carretera hasta Ha’il.
La etapa 6, una vez solucionados sus problemas mecánicos, realizaron un enlace de prueba con el coche hasta Riyadh. Un traslado de 600 kilómetros en el que el equipo Nebrija-Sodicars lo utilizó como test para la siguiente jornada. La decisión técnica fue tomar parte de las transmisiones del modelo anterior, más antiguas, ya que las más nuevas y evolucionadas estaban interrumpiendo la carrera.

El regalo de Reyes llegó para la familia Plaza
Manolo y Mónica se reincorporaban al Dakar en la etapa 7. Un nuevo desafío diario que afrontaban emocionados y ansiosos. «Tenemos que dar las gracias al equipo de mecánicos de Sodicars que se han empleado a fondo para revisar todo el coche y cambiar aquellas piezas que podían estar generando los problemas técnicos», comentaban ambos.
Los Plaza se reenganchaban a la competición en un momento crítico para la estructura Sodicars. El camión de asistencia tuvo un problema en la caja de cambios y el tándem con raíces en Aliaga, asumió ese rol, estando pendientes del resto de coches del equipo.
La dupla conquense llegó a meta tras ocho horas junto a los argentinos Ramón Núñez y Mauro Esteban. «Hemos hecho la etapa juntos y les hemos ayudado cuando han tenido una incidencia. Han sido ocho horas de trayecto, pero ha merecido la pena. El espíritu del Dakar también es el de estar cuando se necesita, todos nos apoyamos en lo posible», explican Manolo y Mónica.
Tras 639 kilómetros de dunas, hierba de camello y rocas entre Riyadh y Al Duwadimi, en la que no corrieron ni motos ni quads tras la decisión de seguridad tomada por parte de la organización, Manolo Plaza no se arrugaba ante la situación y comentaba: «Para nosotros, mañana será el verdadero test. Conduciremos dando el máximo».
«No tenemos otra opción: ni hay más recambio ni tenemos ningún tipo de fiabilidad»
El final de la prueba más dura del mundo para los Plaza llegaba antes de los esperado. El Dakar lleva al límite a pilotos, copilotos y coches de competición cada día con un nuevo reto y una nueva aventura. A 16 kilómetros del inicio de la etapa 8, la transmisión del Sodicars BV2 volvía a romperse, gastando todas las papeletas de reinicio del tándem conquense. «no tenemos otra opción: ni hay más recambio ni tenemos ningún tipo de fiabilidad», comentaban decepcionados padre e hija tras lo ocurrido.
Los reiterados problemas mecánicos a los que han llevado a tomar esta decisión a los Plaza volvieron a aparecer. El vehículo evolucionado por la Universidad de Nebrija ha vuelto a sobrecalentar una de las transmisiones pese al remplazo de esta pieza. Manolo y Mónica han añadido que la etapa 8 era la prueba definitiva en la que deseaban «disfrutar de una etapa del Dakar en la que esperábamos estar nosotros frente al desierto y el trazado siempre exigente y duro de la carrera. Teníamos toda la ilusión del mundo. Sin embargo, no ha podido ser«.
«Como en otras etapas hemos arrancado bien, nos sentíamos cómodos con el coche que respondía de lujo. Pero en el kilómetro 16 ha vuelto a romperse la transmisión. Así no es posible continuar. Queremos dar las gracias a los mecánicos por el esfuerzo realizado. Habrá que revisar con calma el coche y encontrar el punto que genera el fallo», han añadido los integrantes del equipo Nebrija-Sodicars.
«En este Dakar hemos tenido que aprender a hacer frente a la frustración y mantenernos enfocados en que podíamos lograrlo. Pero hay que ser realistas y asimilar que todos los esfuerzos no han tenido resultados. Además, queremos dar las gracias a todos los que nos han hecho llegar su muestras de apoyo, calor y cariño», han concluido Manolo y Mónica Plaza.
