Del Mundo al Bajo Aragón: Heidi y Leon llegaron al Matarraña desde Inglaterra y dan clase en Alcañiz
Una placa junto a la puerta del colegio Juan Lorenzo Palmireno de Alcañiz lo dice claro. «Bilingual Programme School» pone bajo el logotipo del Ministerio de Educación. Cruzar el umbral supone pasar del dicho al hecho.
Indicaciones en Inglés y Castellano, paredes llenas de trabajos expuestos en ambos idiomas y techos decorados con las banderas de los países de Europa hacen que el que entra adquiera (o recupere) enseguida la conciencia de la importancia de los idiomas.
Es la hora del comedor y las risas son la constante tras una mañana de clases. Aparecen tres niñas que riendo cambian el «hola» por el «hello» en cuanto ven a Heidi y Leon. Acaban de comer y van a lavarse los dientes y eligen un «yes» en lugar de un «sí» para responder a una pregunta de Heidi. «Estos detalles parecen pequeños pero son muy importantes, ves resultados», dice Heidi también sonriendo.
Ambos son colaboradores bilingües del centro. Ella desde 2011 y él, desde el curso pasado. Son conscientes de la gran oportunidad que supone tener profesores nativos en un centro, tanto para los alumnos como para ellos mismos. «Se trata de hacer clases en cooperación, que no sea solo abrir el libro», reflexiona Heidi. Leon está con los niños de Infantil, curso por el que ya pasó ella después de Primaria.
Ahora Heidi imparte clase a 5ª y 6ª y tras estos años viendo a los alumnos pasar de cursos, afirma que el nivel de Inglés va en aumento. «Con los mayores se intenta que el método sea más británico con clases más experimentales reflexionando en el por qué, los motivos,…». También prestan su apoyo para lo que necesita el profesorado para llevar a cabo el proyecto de bilingüismo. Su presencia se aprecia más cuando en las clases hay que hablar de la cultura.
«Es básico dar un contexto para aprender una lengua», añade. Leon, que está acostumbrado a estar rodeado de niños, ríe con ternura cuando piensa en qué interesa más a sus alumnos. «Tienen mucha curiosidad, preguntan sobre deportes por ejemplo, como rugby y, por supuesto, fútbol».
La oportunidad de vivir en el campo
Se instalaron en el Matarraña en 2006 procedentes de Cardiff. El año antes completaron el GR-11, la impresionante ruta Transpirenaica, y visitaron a unos amigos en Cataluña. «Pensamos en la posibilidad de vivir en el campo en un lugar con más horas de luz». Buscando apareció el Matarraña.
Comenzaron dando clases particulares de Inglés, algo que aún mantiene Leon en Beceite. Luego Heidi pasó a trabajar como auxiliar de conversación en Valderrobres y en Alcañiz, y Leon también en el IES de Alcorisa. «Sí, nos conocemos el Bajo Aragón», ríen. «Fue una experiencia muy buena, muy enriquecedora».
No ocultan su preocupación por lo que pueda suponer el Brexit mientras se reafirman en la buena elección para vivir en «un lugar precioso». Se adaptaron a la perfección y a ello han ayudado sus hijas bajoaragonesas. «El bilingüismo está en casa porque ellas tienen una capacidad increíble para cambiar», cuenta ella. «Yo aprendí Castellano cuando nos vinimos», apunta Leon, lo cual sorprende a juzgar por su soltura. «Sí, sí», se reafirma con sonrisa cómplice con Heidi.