Es una de las preocupaciones de los alcaldes y uno de los deseos de los vecinos: la apertura de las piscinas este verano, algo que según el documento de La Moncloa que recoge lo permitido en la Fase 2 sería posible a partir de este lunes. Los ayuntamientos, de forma general, están dispuestos a abrir las instalaciones. Eso sí, siempre que se cumplan todas las garantías de seguridad y, en principio a partir de julio, tal y como se acordó para todo Aragón en el Consejo Local celebrado el pasado 20 de mayo.
En ese sentido, también el Ministerio de Sanidad publicó recientemente un protocolo cuyo objetivo es establecer las medidas básicas de seguridad para velar por la salud de los ciudadanos en las piscinas. El documento entrará en vigor «única y exclusivamente» cuando el plan de desescalada establezca que es posible la apertura. El protocolo parte de la base de que no hay ningún tipo de evidencia de que el virus que causa la covid-19 pueda transmitirse a las personas a través del agua en piscinas, jacuzzis o spas. Por lo tanto, las medidas de seguridad se centran en las zonas comunes.
Recomiendan la ventilación de espacios cerrados como vestuarios y baños, botiquín y salas técnicas y abogan por la desinfección constante de todo el mobiliario (vaso, corcheras, escaleras de acero inoxidable, duchas, paredes, taquillas, etc.), prestando especial atención a las superficies de contacto más frecuente como grifos, barandillas o pomos de puerta.
En relación a los vasos, el agua debe contar con un proceso de depuración física y química, la renovación mediante adición de agua de aporte y la realización de controles operativos o rutinarios. Mantener correctamente el tratamiento y niveles de desinfección residual en el agua es fundamental para contener el virus. Los establecimientos de hostelería que se encuentren ubicados en la piscina, por su parte, deberán seguir los protocolos correspondientes a este sector. Y las instalaciones deportivas y parques de juegos no podrán usarse hasta que así se establezca en la oportuna fase de desescalada.
Con respecto a los aforos, se propone como medida restrictiva de aforo al menos doblar la superficie por persona en los espacios al aire libre y triplicarla en los espacios cubiertos. También los establecimientos deberán contar con sistemas para la desinfección de manos a la entrada e incorporar un sistema de limpieza y desinfección de calzado a la entrada así como recomendar el uso de calzado exclusivo dentro de la instalación. Además, se pondrá a disposición de los usuarios una bolsa de plástico para material desechable que se deberá depositar convenientemente cerrada en un cubo de basura (con tapa y pedal) a la salida y se favorecerá el pago con tarjeta de crédito o a través de aplicaciones móviles.
Algunos pueblos, ya preparados
«La apertura de las piscinas, junto a la celebración de las fiestas patronales, son la preocupación más inmediata de los alcaldes», reconoció Luis Zubieta, presidente de la Federación Aragonesa de Municipios, Comarcas y Provincias (FAMCP).
En Utrillas, están estudiando la normativa sanitaria y plantean la apertura con una limitación de aforo entre 250 y 300 personas. También se ha encargado un control de temperatura para todos los que accedan a las instalaciones, además de labores de desinfección que se realizarían «cada hora». «Ha sido una obra importante estos últimos años, tenemos mucho espacio verde, casi 2.000 metros cuadrados. Se abrirán pero va a ser bajo medidas excepcionales», explicó Joaquín Moreno, el alcalde de la localidad.
En Alloza, este año se han hecho reformas y mejoras en las piscinas, por lo que están desenado poder abrirlas y ponerlas a disposión de los vecinos, «siempre sujetos a las indicaciones que lleguen desde la consejería de salud del Gobierno de Aragón».
El alcalde de Samper de Calanda, Alfonso Pérez, no concibe baños en la piscina restringidos. «Si el aforo es de 100, ¿qué hacemos? ¿dejamos entrar solo a 100 personas a la piscina? ¿y quién controla eso?», se pregunta. A estas incertidumbres se suma la alcaldesa de Albalate del Arzobispo, Isabel Arnas. «Es pronto pero tendremos que analizar si es posible la apertura y de qué forma», indica.
En los pueblos más pequeños -de hasta 300 habitantes- esperan abrir cuánto antes las piscinas. No hay aglomeraciones y, muchas tardes de verano, apenas coinciden una decena de bañistas. «Es casi como una piscina particular. Hay tardes en las que hay menos de 10 personas en la piscina», detalla el alcalde de Vinaceite, Alfredo Bielsa.
Por su parte, los alcaldes de la Comarca del Maestrazgo se reunieron recientemente para tratar algunos asuntos, acordando que volvería a celebrarse otro consejo a mediados de junio para ver qué decisión tomaban respecto a la apertura o no de las piscinas municipales. Sí determinaron en esta reunión la suspensión de las fiestas populares de todos los pueblos hasta el 31 de agosto reafirmando así la decisión tomada entre DGA y la FAMCP que el 20 de mayo acordaron la suspensión en Aragón de las fiestas patronales hasta septiembre y el aplazamiento de la apertura de piscinas a julio.