Cada fin de semana se presenta el mismo temor: que nadie que no resida en los pueblos de forma habitual se presente con intención de pasar unos días. Esta vez, el temor empezó ya con Jueves Santo y se alarga un poco más ya que este lunes es festivo en muchas localidades. «Si me han alertado de algún coche desconocido, hasta ahora no ha sido nadie de vacaciones y espero que así siga siendo», dice el alcalde de Muniesa, localidad en la que se detectaron cuatro casos. Se originaron en la residencia pero ahora están aislados fuera de la instalación. «Que sepamos no tenemos más pero la DGA nos tiene que hacer llegar esos test que dice porque hay que hacer la prueba a residentes y personal para descartar; mira lo que ha sucedido en Valderrobres», apunta José Luis Iranzo.
Es uno de los pueblos que integra Tamboas, un encuentro que este año hubiera celebrado 23 ediciones. Alloza era la anfitriona. «El Domingo de Ramos alguna lágrima se derramó pero habrá tiempo de Semana Santa y de visitar nuestro impresionante Calvario», dice el alcalde, Miguel Ángel Aranda.
Los tambores han sonado desde los balcones en localidades como Berge. Días como Viernes Santo son muy esperados y singulares en el pueblo y por eso Semana Santa son días de reunión de amigos y familia. «Este año, nada, estamos solos y así tiene que ser esta vez. No hemos visto a nadie que no sea residente y así tenemos que seguir», explica el alcalde, Juan Antonio Lej. «Aunque siempre hay alguno que podría hacerlo mejor, los vecinos están confinados y cumpliendo las medidas», añade.
Tienen los servicios cubiertos, lo mismo que en localidades como La Cañada de Verich, donde ahora apenas hay un centenar de vecinos residiendo. «Hicimos un grupo de Whatsapp y nos pasamos la información de interés, la prensa y resolvemos dudas», dice su alcalde, Santiago Bartolomé. La inquietud de la semana pasada era si ya se podía ir al huerto. «Lo miramos bien y no, de momento, sigue sin estar permitido», sonríe. La tienda se encarga de los pedidos y el alguacil, de desinfectar y de que todo esté en orden. «Todos tienen un apoyo pero el alguacil también está al tanto de que la gente que vive sola esté bien», concluye.
Estos días más que señalados de Semana Santa en el Bajo Aragón, las labores de desinfección no han frenado. Localidades como Calanda emplearon este Sábado Santo para desinfectar de la mano de los Bomberos de la DPT del parque de Alcañiz espacios como en Centro Residencial, las dependencias de la Guardia Civil y en el centro de salud.
Servicios cubiertos por el sector primario
El único movimiento que hay en La Ginebrosa es el de los trabajadores del sector primario. Y eso, que en casos como el de esta localidad, algunas explotaciones quedaron muy dañadas con la borrasca Gloria de enero. «Nuestra rutina es prácticamente la misma porque hay que seguir dando alimento. Se ha tomado conciencia de lo importante que es el campo», dice su alcalde, Miguel Ángel Balaguer, que espera que esta toma de conciencia no se pierda cuando la vida retome su normalidad. De hecho, parte del sector como es la ganadería de ovino y bovino tampoco está pasando su mejor momento con esta crisis con la caída de precios. Desde las organizaciones agrarias denuncian la especulación.
Celebra que a nadie se le haya ocurrido ir de visita al pueblo y que sus vecinos cumplan las medidas y estén atendidos con todos los servicios. «Hay tienda y panadería y el médico está a una llamada», dice. «Creo que el mayor problema que tenemos todos es la incertidumbre, el no saber hacia dónde vamos yendo… Dentro de lo extraño que está siendo todo, los vecinos vamos llevando bien la situación», concluye.