Un exsocio le acusa de quedarse con los derechos de representación de una joven promesa y lucrarse con ello
Un antiguo socio ha interpuesto una querella criminal contra el gerente de Motorland, Santiago Abad, por una supuesta estafa que podría tener cabida dentro de los delitos de «corrupción entre particulares». Xavi Montero, como administrador de Pircol Festibal 1998, denunció a Abad el pasado día 28 en los Juzgados de Mataró (Barcelona) por sus gestiones en dos sociedades que iban a crear ambos junto con otro socio en el año 2015 y que «facilitaron» que fuera nombrado director de la Ciudad del Motor, cargo al que llegó hace poco más de un mes. Supuestamente, se quedó con los derechos de representación de una joven promesa de las motos haciéndose valer del proyecto conjunto y después se lucró con ello «dejando a sus socios cargados de deudas».
Montero, conocido en el Bajo Aragón por su relación con el mundo del motociclismo, podría vincularse ahora a Motorland puesto que una de sus empresas se ha presentado al proceso para encargarse de la asesoría externa para grandes eventos. Fuentes de DGA rehusaron ayer pronunciarse al respecto al tiempo que confirmaron que Abad aún no ha recibido la notificación de la querella y que todavía no está admitida a trámite. Este medio tampoco pudo contactar con el denunciado.
Santiago Abad es el gerente de Motorland desde junio
La «avaricia» truncó el negocio
Los citados Montero y Abad junto con un tercer socio inversor, Marc Tuset, acordaron crear dos sociedades bajo el nombre de SMX (corresponde a las iniciales de los tres nombres). Los tres son profesionales del management (dirección) y conocedores del mundo del motor y de las competiciones. Para la constitución de ambas empresas, cada uno de ellos iba a aportar 50.000 euros que se tenían que depositar en el momento de las escrituras de constitución. Una de ellas, SMX Motorsport, se dedicaría a crear un equipo de competición; y la otra, SMX Management, a la representación de pilotos profesionales.
Según consta en la denuncia, el negocio «se fue al garete» antes de constituirse «por la avaricia de Abad de querer afrontar en 2015 él solo los derechos de representación de la joven promesa del motociclismo Iker Lecuona (actual piloto del Mundial en la categoría de Moto2) sin hacer partícipe de los mismos a sus socios, actuando en todo momento al margen de la sociedad y en busca del beneficio propio». Esto provocó el enfado de los socios y la retirada de todos los colaboradores por lo que el proyecto empresarial no llegó a constituirse.
Entonces se «invitó» a Abad a irse de la iniciativa y rescindir inmediatamente el contrato con el joven piloto de 15 años para «no generar más estragos». Sin embargo, no se traspasaron dichos derechos a la sociedad SMX, que se quedó sin la representación de Lecuona. El valenciano fichó por el equipo suizo Carsxpert con la «negociación» del actual gerente de Motorland. «SMX pierde la representación pero Abad nada. Por la intermediación con el equipo suizo cobra una buena cantidad de dinero gracias al proyecto conjunto que aprovechó trabajando a escondidas de sus socios y ocultándoles información».
Todo comenzó cuando Abad pidió permiso a sus dos socios para desplazarse a Valencia, tierra natal de Lecuona, para entrevistarse con sus padres y negociar su formación y preparación para introducirlo en el mundo de la competición y presentarlo en el CEV en 2016 y en Moto2 para 2017. También se iba a negociar la cesión de sus derechos de imagen y la representación. «Lo que iba a ser solo una toma de contacto y una entrevista se transformó en la firma de un contrato de representación a título personal de Abad dejando al margen a los otros dos socios, Montero y Tuset; y colaboradores de SMX». Concretamente, el 11 de diciembre de 2015 Abad firmó el contrato de colaboración formativa, representación y cesión de derechos con los padres de Lecuona y su formador, Enrique Bañuls, «sin consultar en modo alguno a los otros dos socios», quienes solo sabían que estaba en negociaciones, y sin mencionar a la sociedad que se estaba creando.
Cuando se fue a constituir dicha empresa y depositar los tres socios los 50.000 euros acordados, Abad no compareció en la notaría. «Tras varios intentos de contactar con él dice que no dispone de dicha cantidad y que (como contraprestación), él ofrece el contrato de representación firmado con los progenitores de Lecuona, cuyos derechos y beneficios solo repercutirían en Abad de forma personal y no en la sociedad aunque SMX sí que se tenía que encargar de la formación del piloto corriendo con sus gastos».
Los «daños y perjuicios» de la «actitud» de Abad también son económicos. Según cuantifica la querella, se ha perdido una inversión de 10.600 euros y se calcula que se han dejado de percibir 65.000 euros anuales (40.000 por patrocinadores y 25.000 por la representación de Lecuona). Respecto a los gastos, se contabilizan 3.600 euros del alquiler de una nave industrial, reformas (4.000 euros), consumos (800), preparación semirremolque (1.600) y gastos varios (600).
Ante estos hechos que relata en la denuncia, Montero asegura «intentó» solucionar esta situación con el propio denunciado sin que atendiera a cualquier posibilidad de acuerdo o razonamiento por lo que «no le quedó otra alternativa» que acudir a la vía judicial.
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