Amir Pfaroou y Zahoor Ahmid son dos de los residentes de la vivienda que hizo saltar las alarmas en el Bajo Aragón-Caspe, comarca que regresó el martes a la fase 2 debido a un rebrote del Covid-19 en trabajadores de la fruta que residen en la Ciudad del Compromiso y la vecina localidad de Chiprana. Amir y Zahoor son dos de los cinco negativos de su vivienda, en la que residen 12 hombres naturales de Pakistán de entre 25 y 40 años. Los siete restantes han dado positivo en las pruebas del coronavirus y todos permanecen aislados desde finales de la semana pasada y con la baja laboral. La Policía Local ha extremado la vigilancia en la zona para asegurar que se cumple el aislamiento.
La vivienda, de varias plantas en el centro de Caspe, es grande por lo que duermen dos personas en cada habitación. Sin embargo, tienen que compartir el único baño y la cocina personas contagiadas y otras que han dado negativo en las pruebas. Explican que están tranquilos porque los compañeros con fiebre ya no tienen la temperatura alta pero les preocupa contagiarse en los espacios comunes indispensables como el único baño por lo que están extremando la higiene cada vez que los emplean. «Estamos tranquilos porque no tenemos síntomas pero hemos pedido el traslado a un espacio seguro habilitado por el Ayuntamiento aunque no nos han dicho nada y ya llevamos varios días así», explica Amir.
Los 12 convivientes trabajan en cuatro fincas frutícolas de Caspe. Aseguran que recogían la cereza con mascarilla y con higiene en las manos y que no saben cómo se han podido contagiar. «Al entrar y al salir fichamos, puede ser ahí; o en los autobuses o furgonetas con los que nos movemos hasta la finca… no lo sabemos», explica Amir.
Todo comenzó cuando el primer compañero tuvo fiebre el miércoles 18 y contactó con el Centro de Salud de Caspe. Al día siguiente le subió la temperatura a otro y se activó el protocolo en el domicilio para realizarles las pruebas y ponerles en cuarentena.
Todos residen durante todo el año en Caspe, desde donde se mueven a trabajar. En el caso de Amir, por ejemplo, lleva ya una década en la Ciudad del Compromiso. El joven reconoce que les preocupa que con los rebrotes y el retroceso a la fase 2 de cuatro comarcas de Aragón se estigmatice más a los trabajadores del campo, la gran mayoría, población inmigrante.
Yo dice
Eso tiene solución por donde an venido que se vayan
Isa dice
eso y que las las cerezas y el.melicotón las recojan patriotas de chichinabo de los de banderita en la muñeca. Yo echaria del pais a los que organizan botellones y fiestitas sin pensar en los demas. Estos pobres han vanido a trabajar y en condiciones, muchos, denigrantes.
Nora M. dice
Qué penica dais los de la bandera…
pinarueco dice
Usted no se creerá nada que venga de los suyos, No mienta.
Manolo dice
Para Yo:
Vete tú.
Yo, pinaruco dice
(an venido con H) jajajaja
Estos de la banderita lo tienen todo en su librillo ideológico :
Fascismo, Racismo, homofobia y falta de educación (literalmente)
Verdad Tu (Yo) que se.
Yolanda dice
Que atrevida es la ignorancia y que infinita la estupidez
Yolanda dice
Y aprende a escribir que falta te hace
Yolanda dice
Menos banderitas y más haches donde debes ponerlas
Yolanda dice
Para yo:
Que atrevida es la ignorancia y que infinita la estupidez. No te creas tan superior, al menos hasta que aprendas algo tan básico como escribir
Ana dice
Desde luego, es sobrecogedor ver como están las calles, desde hace unos años se respira pobreza. Pero esto no es un problema de Caspe, es un problema de reparto de recursos, de abuso de los recursos naturales, de educación, de vivir con miedo intentando acaparar todo lo que se puede…Por suerte, la globalización hace que cada vez más, la pobreza no pueda aislarse en unos países determinados, viene aquí para que veamos de cerca lo que estamos haciendo con nuestros hábitos de consumo. Es una oportunidad para entre todos mejorar las condiciones. El primer comentario lo obviaremos, porque para qué. Supongo que será un alma de paz, que compra siempre ecológico a su vecino y fabricado (que no solo vendido) en su localidad o es más, lo fabrica él mismo. Y por supuesto, cambiar las cosas es asunto de todos, no esperemos que ningún ente venga a arreglar el mundo.