Para comenzar a dejar atrás el invierno, contar los días que faltan la primavera y pasar un buen rato. Sobran los motivos para celebrar una fecha como Carnaval, y Calanda lo supo demostrar este sábado. Vecinos de todas las edades volvieron a teñir las calles del tradicional desfile de disfraces con colores, una charanga que no dejó de animar y mucha diversión entre grandes y pequeños. Más especial fue todavía para los quintos de 2023, quienes cumplieron con la tradición: leyeron el manifiesto y quemaron y bailaron alrededor de Don Carnal para dejar atrás todos los males.
«Siempre se espera al año de quintos con mucha ilusión para cumplir con todas las tradiciones. Este es un pueblo muy unido, y esta celebración es un paso más para que pronto llegue nuestra Semana Santa», explicaron Nerea Lamiel, Sofía Pereira y Candela Conesa, tres de las quintas de este 2023. Tanto ellas como el resto del grupo lideraron un desfile que inició en las inmediaciones de la Casa de Cultura y en el que varios disfraces, como ocurre cada año, lograron sorprender. Todo ello en una tarde en la que el frío dio una tregua y el sol acompañó.
Desde antes de iniciar, por las calles ya se dejaban ver pequeños muñecos Lego, protagonistas de Shrek, unas boxeadoras o pequeños peces acompañados de varios buceadores. Destacó especialmente la gran presencia de padres y madres que no quisieron perderse la oportunidad de poder disfrazarse junto a sus hijos más pequeños. Fue el caso de Natalia Muñoz, vecina que se vistió de india junto a su hijo Enzo. «Nos hemos disfrazado todos los padres de la misma quinta de los niños. Es una oportunidad para pasarlo bien incluso los días previos, cuando preparas todos los trajes», señaló.
Y es que el esfuerzo para sacar a relucir el ingenio y las mejores galas siempre parece estar presente en esta fiesta que los calandinos celebran cada año entre el Jueves Lardero y el Miércoles de Ceniza. Lo estuvo también este sábado en otros disfraces como una gran caca acompañada por varias pequeñas moscas, o bien en la recreación de la «vieja del visillo» que otra cuadrilla de grandes y pequeños realizó. Fueron dos de los disfraces que más gustaron a simple vista.
Tras la quema en la plaza de España, el desfile continuó junto a la charanga hasta el pabellón de festejos, donde se celebró el gran concurso de disfraces. Ya por la noche, la fiesta continuó en la tradicional verbena de Carnaval.