Los vecinos de Montalbán están recogiendo firmas para pedir que el actual párroco, Elkin Rodolfo Otálvaro Correa, no traslade su residencia a Utrillas tras hacerse públicos los nuevos nombramientos en la Diócesis de Teruel y Albarracín. El cura pasa a dar servicio a Utrillas, Las Parras de Martín, Martín del Río y Vivel del Río Martín, además de las localidades que actualmente llevaba: Montalbán, Peñarroyas, Armillas, Villanueva del Rebollar y Fuenferrada. Esto conlleva un cambio de residencia y que se traslade a vivir a la capital de Cuencas Mineras, algo que desde Montalbán lamentan profundamente. Piden que pueda quedarse en esta localidad, donde lleva a cabo una importante labor social.
La recogida de firmas nació desde la Asociación de Amas de Casa de Montalbán, que plantea entregar las rúbricas al obispo de la Diócesis para mostrar su desacuerdo con la decisión tomada. Esperan reunir cerca de 2.000 firmas entre vecinos y veraneantes. Las hojas están distribuidas entre los diferentes establecimientos de Montalbán y se recogerán ya entrado el mes de agosto. Las Amas de Casa, otras asociaciones y vecinos interesados se trasladarán el día 8 hasta Teruel para hacer entrega, a las 10 de la mañana, de las firmas.
«No nos metemos en la tarea que debe desempeñar pero sí queremos que la base eclesiástica siga estando en Montalbán. Ya nos quitan hasta el cura, ¡esto es de traca!», denunció Rosa Cuerva, miembro de las Amas de Casa. La denuncia va más allá, puesto que según aseguraron se trata de una pérdida progresiva de servicios: «Empezamos con la oficina del CAISS, con los sanitarios y ahora el cura. ¿Qué será lo siguiente? ¿La escuela?».
Por su lado, el párroco acatará la decisión tomada: «Lo que nos traslada Elkin es que él se debe al obispo, que él no puede desobedecer. Le pedimos al señor obispo que recapacite con esta decisión porque el párroco tiene en Montalbán su casa y sus amistades, y hace una buena labor social», añadió Cuerva.
Comunicado del obispo
Por su parte, el Obispado de Teruel y Albarracín, a través de un breve comunicado, «valora positivamente las muestras de afecto a los sacerdotes y de aprecio a la misión que desarrollan en las comunidades parroquiales y en la vida de los pueblos y barrios». Además, recalca que el obispo recibirá «gustosamente» a todo aquel que se muestre disconforme con los últimos nombramientos, aunque pide «comprensión y colaboración» pues, según asegura, «cada año se jubilan algunos sacerdotes y surgen situaciones que reclaman cambios; de modo que no queda más remedio que reestructurar las tareas encomendadas a los sacerdotes, para que las comunidades parroquiales y los servicios diocesanos sean atendidos».