Ramón Olmedo González (Alcorisa, 1956) pasa las horas en un pequeño local que hace unos años habilitó y aprovisionó de herramientas varias para dar rienda suelta a su creatividad dando vida a diferentes esculturas y tallas. Se encuentra más cómodo en los márgenes de la artesanía que en los que le puedan definir como escultor. «Hay gente que hace esculturas maravillosas, lo mío es una afición que me encanta», dice. Lo cierto es que su campo de acción es amplio y hace pequeñas esculturas pero también instrumentos.
Principalmente trabaja la madera, una materia prima que siempre le ha llamado la atención y con la que realiza piezas bien a mano, bien en el torno, bien combinación de ambas. «No sé de dónde me viene esta inquietud porque en casa nadie se ha dedicado a estas cosas, solo sé que siempre me ha gustado», sonríe. También toca algo de hierro, aunque «cada vez menos», y es que su vida laboral transcurrió en la mina donde fue soldador. «Siempre he ido haciendo cosas por mi cuenta hasta que me jubilé, que desde entonces le dedico más tiempo y casi todos los días paso por el taller», asegura. Fue al entrar en contacto con Félez, alcorisano de familia artesana artífice de numerosas esculturas durante décadas y generaciones, de obras varias e incluso peanas, cuando le picó más el gusanillo. «Ya me llamaba la atención tallar madera, me acercaba por su taller y me gustaba ver cómo trabajaba. De hecho, me ayudó con algunas piezas al principio», dice. «Es más, me enseñó las formas tradicionales de la escultura, como por ejemplo, el David de Miguel Ángel me lo hizo hacer como antaño, es decir, primero en barro, en negativo y positivo… y así todo hasta el final», recuerda divertido.
Transcurridos estos años desde los inicios, Olmedo resopla al pensar en si un día tiene que reunir todas sus piezas. «No tengo tan apenas», apunta. Las que hace por encargo salen a su destino, y las que realiza por iniciativa propia las termina regalando en su mayoría. Entre ese amplio abanico que abarca hay varias señas de identidad suyas.
Cuadros, dulzainas y técnicas en desuso
Entre sus habilidades está la reproducción de fotografías y dibujos sobre madera, algo que ni es sencillo ni muy habitual de encontrar. «Quedan muy bonitos, la madera es especial«, se sincera. Es su materia prima favorita por, entre otras cosas, los acabados. Emplea de todo tipo y elige en función del tipo de pieza a la que se enfrente. «Hay maderas más duras, otras lo son menos y se manejan mejor a la hora de trabajar; según el color que quiero también dependerá el tipo de madera… Hay varios factores», explica. Emplea desde pino hasta nogal, pasando por latonero, roble o carrasca.
Otro de los puntos diferenciadores de Olmedo, fue propuesto para EncontrARTE por Zeus Pueyo, es la talla de instrumentos musicales, como por ejemplo, dulzainas. «Eso sí que requiere una buena madera para que suenen bien», comenta. En este caso suele usar ébano o granadillo, que son maderas de importación. El resto, es autóctona, del propio territorio. De hecho, también talla mucho en olivo, un tipo de madera que «tiene un acabado precioso». La madera es una materia viva y va cambiando y evolucionando durante el proceso. En el caso del olivo, las vetas le confieren ese acabado tan especial en los colores, además de que «es muy buena para trabajar tanto en el torno como en la fresadora«. Ambas herramientas forman parte del instrumental de su local en el que sigue creando. «No me lo tomo como obligación y al estar jubilado me entretengo, voy haciendo y probando», añade.
Parte de su trabajo lo ha mostrado en alguna exposición. Alcorisa y localidades vecinas como La Mata de los Olmos han disfrutado de ello. Han acogido sus piezas en madera, entre ellas, sus versiones de Don Quijote y Sancho o el mencionado David -en este caso de Ramón Olmedo y no de Miguel Ángel-. También sus cuadros con fotos y dibujos tallados sobre madera, o una reproducción del Guernica de Picasso. Para ello, aplicó la taracea, una técnica al borde de la desaparición y a la que el alcorisano le ha devuelto su relevancia artesanal.
Ramón eres un crak, si lo tuyo era el hierro .Esa súper fresadora y toda esa herramienta que tienes para el metal.No me paras,espero aglutines obra y hagas una exposición, que iré a sacarte alguna falta.