Los ladrones dejaron abandonado el botín, y el turismo en el que lo transportaban, cuando la Guardia Civil les dio el alto en un control
La Guardia Civil de Teruel continúa investigando el robo de 60 jamones en un secadero de Ejulve. Los hechos se produjeron durante la madrugada del siete de enero, cuando los ladrones aprovecharon el silencio y la tranquilidad de la noche para realizar el hurto y, además, entrar en un par de explotaciones ganaderas de la zona. Las piezas de pernil aparecieron el día siguiente, el martes, muy cerca de la localidad de Muniesa en un coche robado y abandonado a un lado de la carretera.
La casualidad quiso que la Benemérita estuviera realizando un control rutinario en las proximidades de la localidad de Cuencas Mineras, hecho que precipitó la localización de los jamones robados. Al parecer, los cacos se dieron de bruces con el control y al tratar de huir, y presa de los nervios, sufrieron una salida con su vehículo, que dejaron abandonado junto a las 60 piezas de jamón.
No es el único hecho curioso de este robo, ya que llamativa fue la forma en la que sustrajeron los perniles de Ejulve. Fue precisamente el alcalde, Ovidio Ortín, quien dio la voz de alarma al ver algo raro en el secadero de jamones la mañana del pasado lunes. Cuando atisbó que todo apuntaba a un robo, alertó a los propietarios, que confirmaron el robo de las 60 piezas de jamón. Poco después apareció en una explotación ganadera cercana el toro mecánico que faltaba en el secadero; herramienta que los cacos utilizaron para cargar los perniles en el turismo. «Al principio no entendíamos el por qué del robo del toro mecánico, pero luego atamos cabos. Con él cargaron varios jamones y lo trasladaron a la nave, que estaba ubicada a una distancia de un kilómetro», apuntó Ortín.
De la misma manera, el modus operandi utilizado en el robo hace pensar a los vecinos que los ladrones conocieran el pueblo. «La manera, el lugar que eligieron para entrar o la hora elegida para el robo nos da que pensar. En Ejulve han robado otras veces y podemos tener cierta idea de quienes han podido ser», indicó el alcalde.
«Pasó hace un año, pasa ahora y seguirá pasando en el futuro. Sabemos que hay pocos efectivos en el medio rural, pero es que nos sentimos desprotegidos»
Dejando a un lado lo rocambolesco del suceso, el robo, en pleno casco urbano de Ejulve, vuelve a poner de manifiesto la falta de efectivos en el medio rural. Se trata de una circunstancia que preocupa en la localidad, que ya ha vivido episodios muy similares en el pasado, y que evidencia la inseguridad con la que deben lidiar muchos de los pueblos con poca población de la provincia de Teruel. «Pasó hace un año, pasa ahora y seguirá pasando en el futuro. Sabemos que hay pocos medios, pero es que nos vemos desprotegidos. Aquí tenemos una patrulla de la Guardia Civil para 25 pueblos y es que es imposible que controlen todo. Hoy nos ha tocado a nosotros y mañana a otros. Estamos un poco a ver qué pasa y eso, lamentablemente, no puede ser así».