De «año complicado» califican en el seno de la Asociación Empresarial Andorra Sierra de Arcos y Bajo Martín (AEA) al periodo que ha seguido al cierre de la central térmica. Su presidente, no obstante, es optimista respecto al futuro y deposita todas las esperanzas en los planes de acompañamiento que deben cumplir las empresas llamadas a revitalizar la zona. «Nuestro futuro no va a pasar tanto por la instalación de nuevos parques fotovoltaicos como por los planes que el Ministerio de Transición exige a las empresas que sean adjudicatarias del Nudo y deben cumplir en generación de empleo que además será de calidad y, por fin, diversificado», dice Roberto Miguel, que añade un «vamos a confiar».
Cabe recordar que el concurso convocado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) para la adjudicación de los megavatios de evacuación en el Nudo Mudéjar tras el cierre de la central será para la empresa que presente el mejor plan socioeconómico para el Bajo Aragón Histórico. Roberto Miguel considera que se presenta lo que espera que sea un «resurgir» de la zona que desde el cierre de la central no se desprende del goteo incesante de pérdida de población. Calcula que en el último año, alrededor del 10% de establecimientos han echado el cierre, principalmente de hostelería y comercio. Y es que el efecto del cese de la actividad de la planta tardó en apreciarse. «Además de que hasta hace muy poco no hemos visto movimiento en cuanto a empleo en las labores de desmontaje, al principio nadie se terminaba de creer que esto iba a terminar y tampoco ayudaron los anuncios del presidente de Aragón sobre la llegada de empresas nuevas o el arranque de la planta de pellets. Nos hemos quedado con eso, con anuncios y promesas y al final la gente se ha ido marchando», lamenta.
A estos cierres de negocios forzados por el fin del sector del carbón se suma la falta de relevo en muchos otros, algo en lo que Miguel considera que debería ponerse el foco. «Es un problema generalizado y Andorra no iba a ser menos, igual que hay ayudas para nuevas empresas habría que velar también por las que son rentables y su actividad muere con la jubilación de los dueños porque no viene nadie detrás que se haga cargo», reflexiona. Como el tiempo siempre juega en contra, urge que se cumplan los planes de Transición Justa y que «sean justos de verdad» para revertir la situación actual antes de seguir perdiendo habitantes.
Por parte de la asociación, cada año entregan sus premios a empresarios del territorio, y aunque ha habido cierres de establecimientos, van sumando asociados y experimentando un crecimiento paulatino. En la actualidad cuentan con alrededor de 120 integrantes y la última adhesión ha sido la del Monasterio del Olivar en Estercuel, lo que hace una idea de las posibilidades de variedad y diversificación de los sectores que se dan vida en el territorio. «Una parte del trabajo en la que nos centramos en la asociación hace unos años era la de abrir la imagen de Andorra y creo que lo estamos consiguiendo», concluye el presidente.
La esperanza de futuro se aprecia también en el Centro de Emprendedores que gestionan desde la agrupación porque ya está ocupado al 80% y en breve colgará el cartel de completo.
Ya te vale …
La verdad ,, no se de que habla el señor este ,, de planes de acompañamiento , jajajajaja como no sea al entierro de las pequeñas y medianas empresas ,, pero si en realidad las van a clavar un MAR DE CRISTALES dirigidos desde un despacho en ROMA,,
Aquí les dejaran a la contrata de la subcontrata de los contratados para el mantenimiento