La «Rural Jam» realizada este fin de semana dentro del marco del «Laboratorio de Emprendimiento Social Casa Bosque» ha demostrado a todos y cada uno de sus miembros que con actitud, decisión, trabajo en equipo y los conocimientos pertinentes se puede emprender desde cualquier punto de la geografía, aunque sea lejos de las grandes urbes.
Eso sí, quizás, en primera instancia, la realidad es que el realizar una «Jam» (un evento colaborativo enfocado a la acción y con el objetivo de generar propuestas de manera intensa en un espacio corto de tiempo) en un lugar como Caspe pueda parecer algo lejano y difícil de entender para el mundo rural. Sin ir más lejos, en la propia presentación del evento en la tarde del viernes se daba el dato que si se busca «Rural Jam» en Google no encontramos ningún resultado esclarecedor ya que las «Jam», cada vez más habituales, estaban siendo más cosa de ciudades. Por tanto, todo ello muestra la complejidad y la ambición que se ha tenido llevando a cabo este proyecto de emprendimiento social en el mundo rural.
De este modo, rompiendo con todo prejuicio, la Asociación Casa Bosque planteó hace ya un tiempo el llevar a cabo en la Ciudad del Compromiso este Laboratorio de Emprendimiento Social que a día de hoy es ya una realidad y el cual se ha ido desarrollando en diferentes fases durante las últimas fechas. El pasado fin de semana se dio el pistoletazo de salida con el primer acercamiento al evento a través de la «Jornada de Difusión» con las «Experiencias Inspiradoras» de diversos emprendedores de éxito en el mundo rural como son Apadrina un Olivo, Cosméticas Matarranya o Hilvanando Culturas.
Tras esta primera toma de contacto, ya este pasado viernes por la tarde y a lo largo de todo el sábado se han reunido en la Casa Bosque de Caspe una veintena de personas interesadas en este proyecto de emprendimiento. Los motivos de su interés por la actividad fueron diversos (circunstancias e inquietudes personales, algunos proyectos ya definidos en mente, ganas de aprender sobre el tema…) pero todos ellos reunieron unas características generales: el querer contribuir en el mundo rural, en la zona que vivían, para hacer de este un lugar mejor, más desarrollado, y con mejores servicios y con mejores oportunidades para todos.
A partir de ahí, todos ellos empezaron a trabajar divididos en cuatro equipos distintos de tal manera que cada uno de estos grupos iba poco a poco desarrollando un proyecto diferente a través de la metodología Design Thinking que los facilitadores (los diseñadores Sergio, Paloma y Elena) les iban mostrando paso a paso. Entre otros, los proyectos surgidos buscan cubrir necesidades sociales como aportar una salida laboral digna a personas con discapacidad en el mundo rural o el acercar algo más la naturaleza a los diferentes estudiantes de los centros educativos.
Tan solo es el inicio
Estos dos días simplemente han sido el inicio de un largo camino dentro del emprendimiento para esta veintena de interesados. A partir de la semana que viene se seguirán dando una serie de sesiones de desarrollo vía online en la que cada uno de los grupos podrá seguir trabajando en su idea. El objetivo final es poder diseñar el servicio o el producto que se quiere llevar a cabo.
Los dos mejores tendrán premio
Desde la Comarca del Bajo Aragón-Caspe se han querido sumar a este novedoso proyecto ofreciendo el «I Premio Emprendimiento Social Comarca Bajo Aragón-Caspe». Este galardón permitirá a los dos grupos ganadores el seguir definiendo su proyecto desde la Casa Bosque y de manera gratuita durante un año. Además, Los cuatro proyectos que surjan del Laboratorio de emprendimiento social Casa Bosque contarán con el apoyo del Instituto Aragonés de Fomento, con 5 sesiones de asistencia técnica y posibilidad de formación presencial en la Casa Bosque orientada a las necesidades de cada uno.