Habréis oído hablar de la espectacular sima de San Pedro en Oliete, ¿pero sabíais que no es el único pozo profundo en la tierra que existe en la provincia turolense? La sima de la Torre Belenguer (Mosqueruela), del Sopero (Castellote), Ogesa (Molinos), San Víctor (Fortanete), de Val de la Zoma (La Zoma), de la Recontra (Aliaga) y Grande (La Ginebrosa) son algunas de las cavidades recogidas en el libro «Cavidades de Teruel, 25 cuevas y simas de la provincia», publicado por el Espeleoclub El Farallón (Montalbán) y el Centro de Estudios Espeleológicos Turolenses.
Las simas de La Ginebrosa
La Ginebrosa, en el Bajo Aragón, tiene la peculiaridad de albergar dos simas, la Grande y la Pequeña, a las que puede accederse caminando por una ruta circular. Los amantes de las motos pueden llegar sobre dos ruedas a la localidad, ya que esta forma parte de una interesante ruta por carretera que puede trazarse tras finalizar el ejercicio físico.
El recorrido que une las dos simas de La Ginebrosa tiene casi 22 kilómetros y medio, aunque también puede realizarse por tramos. Desde el mismo pueblo, el sendero te ofrecerá la posibilidad de acercarte hasta la sima Grande traspasando las crestas de la sierra, la parte más bonita de la travesía. El pozo posee una abertura cercana a los veinticinco metros, y una profundidad de cincuenta metros. Dentro crece una vegetación peculiar fruto del microclima existente en su interior como hiedras, musgos y helechos. Además, este espacio sirve de refugio y hábitat para numerosas especies, entre las que destacan las chovas y los murciélagos. Todo el contorno está vallado con barandillas de madera para evitar caídas. Una vez visitada esta joya de la naturaleza, descenderás por el trazado para cruzar la carretera a Aguaviva y llegar a Las Masadetas, en cuyo entorno se sitúa la sima Pequeña.
El paradisíaco entorno de Los Fontanales
A escasa distancia de allí, se sitúan Los Fontanales, otro de los atractivos de este recorrido. Para llegar hasta estas surgencias de agua que brotan de una ladera en la cola del embalse de Calanda, tendrás que tomar un desvío señalizado y separarte unos cientos de metros del trazado circular. Para acabar la ruta, regresa a La Ginebrosa por pistas agrícolas, transcurriendo en algunos tramos de forma paralela al barranco de La Cañada y finalizando junto a la interesante nevera de la localidad. Este pozo de nieve -construido en argamasa y mampostería, y orientado al noroeste- está situado cerca del casco urbano. Se puede acceder a él a través de las escaleras edificadas en la parte lateral, habiendo recogido con anterioridad las llaves en el bar de las piscinas. En su interior, se aborda, a través de ilustraciones y carteles, el desuso y abandono de los pozos de nieve como consecuencia de la implantación del frío industrial. Esta nevera funcionó como tal hasta el primer tercio del siglo XX.
La ruta de las Bóvedas del Frío del Bajo Aragón
El pozo de nieve de La Ginebrosa forma parte de la ruta temática de las Bóvedas del Frío del Bajo Aragón. Unos 127 kilómetros de carretera -perfectos para recorrerlos en moto- unen ocho neveras rehabilitadas, que se erigieron en la zona durante los siglos XVI y XVII. Son únicas por sus dimensiones y construcción peculiar. Gracias a la musealización de estos espacios, que cuentan con iluminación, música y locuciones sugerentes, podrás conocer la forma de construir una bóveda, el almacenamiento, el transporte de la nieve o los usos de esta. Antes de emprender el recorrido, pasea por las calles medievales de La Ginebrosa y descubre la única de las cinco puertas de la antigua muralla que todavía sigue en pie. Podrás profundizar en la materia en el Centro de Interpretación de Urbanismo Medieval. Sobresalen la iglesia parroquial de San Bartolomé, la casa consistorial y la ermita de Santa María Magdalena.
Siguiendo la A-1409 durante 11,2 kilómetros, llegarás hasta Aguaviva. El pozo de nieve se ubica en las afueras de la localidad, a unos 350 metros al norte de su antiguo casco urbano. Se trata de un depósito de capacidad media -de unos 4,5 metros de diámetro en su base y aproximadamente unos 4 metros de altura– que originalmente estuvo cubierto por una falsa bóveda realizada por aproximación de hiladas. La obra se edificó en la ladera norte de una pequeña elevación de terreno aprovechando el desnivel del mismo para excavar y adosar buena parte de la construcción. Parra acceder a la nevera, tendrás que ponerte en contacto con el Ayuntamiento de la localidad. En Aguaviva destaca su bella plaza de España, porticada y a dos alturas, unidas a través de una escalinata. Los palacios renacentistas salpican su casco urbano, mientras que la iglesia parroquial dedicada a San Lorenzo, barroca, sobresale con su espléndida torre-campanario entre la homogeneidad de los tejados. El molino harinero de 1738 y el puente de Cananillas son otras dos paradas obligatorias.
Continúa por la A-225 unos 5 kilómetros, atraviesa Mas de las Matas, y sigue por la vía hasta el cruce con la N-211. Gira a mano izquierda para cruzar Alcorisa, pasar por Los Olmos y llegar al próximo destino: La Mata de los Olmos. En la parte alta de la población, junto a las eras, se encuentra la antigua nevera. Se distingue por su espectacular bóveda realizada en piedra sillar con cinco aperturas al exterior para el llenado y vaciado de la nieve. El acceso al pozo -previo contacto con el Ayuntamiento- se realiza por un edificio anexo, construido sobre el antiguo desagüe. Este espacio funciona como un punto interpretativo de la ruta de las Bóvedas del Frío. Podrás encontrar información sobre la situación de las otras neveras, una maqueta del funcionamiento interior y un audiovisual del transporte del pescado desde el litoral usando los pozos para repostar hielo. Del patrimonio monumental de La Mata sobresale el conjunto integrado por su templo parroquial dedicado a San Bartolomé y la casa consistorial, edificada con buena piedra sillar y una lonja en su planta baja. Ambos se construyeron a finales del siglo XVI.
Deshaciendo parte del camino realizado, tendrás que volver a recorrer la N-211 durante 28,3 kilómetros -pasando de nuevo por Los Olmos y Alcorisa- hasta llegar al desvío de Foz Calanda. Desde allí, continúa por la TE-V-8321 hasta llegar a Calanda, bordeando el embalse del mismo nombre. La nevera de esta localidad cuenta con dos ramificaciones laterales, que fueron añadidas al edificio original posteriormente y se emplean para mostrar contenidos expositivos. En una sala se muestra un audiovisual donde se explica el llenado interior de una nevera y su funcionamiento; mientras que en la otra, una serie de paneles retroiluminados enseñan los distintos usos que podía tener la nieve guardada (gastronomía, medicina…). En el espacio central, se puede contemplar cómo estaban dispuestas las capas de nieve a través de un figurado corte transversal. Para visitar la nevera hay que ponerse en contacto con la oficina de turismo. No puedes irte de Calanda sin visitar el Centro Buñuel, una recreación del universo surrealista del gran maestro del cine, Luis Buñuel.
Siguiendo por la N-211, llegarás a Alcañiz. Bajo la plaza de España, situada a 339 metros de altitud, junto a los subterráneos, hallarás la nevera. El acceso se realiza a través de la oficina de turismo. Este espacio, de unos 80 metros cuadrados de planta rectangular y unos 4 metros de altura, presenta una bóveda excavada en el gran bloque de arenisca que se encuentra bajo el suelo urbano, y constituye una de las joyas de la ruta. La musealización realizada consiste en la iluminación de paredes y bóvedas, y un audiovisual -proyectado contra la bóveda de piedra- que te sumergirá en el sistema de venta y abastecimiento del conjunto de neveras de Alcañiz desde los siglos XVII y XVIII hasta casi nuestros días. Pasea por el casco urbano de localidad para descubrir la espléndida casa consistorial, en ángulo con la lonja gótica en la plaza de España, y la iglesia de Santa María la Mayor (siglo XIV). No dejes de visitar el castillo calatravo, situado en el cerro que preside el municipio.
Para continuar hacia Valdealgorfa, toma la N-232 en dirección a Castellón y continúa por la TE-710, en un recorrido de 15,5 kilómetros. La nevera de la localidad sobresale por su peculiar suelo horadado por los canales de desagüe tallados en la base de la piedra. La iluminación creada para este pozo destaca estos canales con una luz fría, y las paredes de mampostería se bañan de azul, creando un efecto de frío. Una locución teatralizada te explicará los sistemas de explotación de la nevera en el siglo XVIII, y te adentrará en su funcionamiento. Las llaves para acceder a ella tendrás que recogerlas en el bar del Convento o en el bar Herrero. La torre de la iglesia parroquial dedicada a la Natividad de Nuestra Señora es la imagen más emblemática del municipio. Muy cerca se encuentra la casa consistorial, realizada en piedra sillar y mampostería, así como diversos palacios renacentistas.
Deja Valdealgorfa para continuar hacia la nevera de Belmonte de San José. Para ello, toma la A-1410 a lo largo de 11 kilómetros hasta llegar a Torrecilla de Alcañiz, localidad que tendrás que atravesar para continuar en dirección a La Codoñera y posteriormente Torrevelilla hasta alcanzar Belmonte. La nevera del municipio ofrece en su cúpula una obra de arte de la construcción. Sus arcos de piedra sillar iluminados en luz blanca confieren a esta nevera aspecto de elegancia y distinción. Se trata del único pozo de la ruta al que se accede por la parte alta, bajando al mismo por una escalera adosada a la pared. Una locución teatralizada acompañada de sonido ambiental y banda sonora, te desvelará los secretos de los maestros alarifes que construyeron estas magníficas bóvedas del frío. Las llaves tendrás que recogerlas en el bar Bello Rincón Aragonés. El trazado urbano de Belmonte te trasladará a la época romana. Sus calles, salpicadas de portales de su antiguo recinto amurallado del siglo XVIII, esconden bellos rincones como el Portal de Soldevilla.
Retoma la carretera A-1409 durante 6,4 kilómetros hasta La Cañada de Verich. Lo primero que te sorprenderá de esta nevera es su espectacular entrada, realizada con un entibado en la parte de la base. La iluminación cambiante realza la belleza de la coqueta bóveda de piedra. Una locución te hablará de los contratos de arrendamiento de las neveras y de alguna de sus curiosidades. Para visitarla, recoge las llaves en el bar de la plaza de la Iglesia. No pongas rumbo a casa sin antes descubrir otra de las joyas de La Cañada, el restaurado molino de aceite, transformado en un espacio museístico donde se explica el proceso de elaboración del aceite de oliva así como la historia de su producción.
Motera dice
buena ruta preguntando en los ayuntamientos para entrar y caminos para hacer andando más kilómetros que con la moto a quien pretenden engañar