Torre del Compte recupera los restos del antiguo pozo-nevera de la localidad. Se trata de una construcción en piedra que podría datar de los siglos XVII o XVIII. Hasta el momento el pozo pasaba inadvertido al estar totalmente cubierto por la maleza, por ello desde el consistorio decidieron desbrozar y limpiar el entorno. «Me avisó un vecino de la existencia de esta nevera. Por ello decidimos desbrozar la zona y que, de este modo, se pueda apreciar parte de la estructura que queda en pie», explicó Alberto Díaz, alcalde de Torre del Compte.
Este pozo, tal y como explican desde el ayuntamiento, medía aproximadamente unos 5 metros de diámetro y 4 de altura desde la parte más alta de la cubierta, y su capacidad teórica de almacenamiento sería de unos 1.500 Kg, equivalente a unas 10 cargas o 120 arrobas de la época. Se desconoce su fecha de construcción, pero hay documentación sobre su uso en el siglo XVIII, al menos desde 1719. Constituía uno de los bienes propios del concejo.
El pozo de Torre del Compte fue construido en las afueras del casco urbano, aprovechando el desnivel para facilitar su excavación. Se encuentra a poca distancia del inicio de la controvertida carretera que comunica la localidad con la N-420. El consumo de nieve tenía dos funciones: terapéutica (antipirético, analgésico, antihemorrágico, antiinflamatorio) y gastronómica (preparar refrescos y helados, y conservar alimentos). El desarrollo del hielo artificial marcará, a partir de mediados del siglo XIX, el declive de la explotación artesanal del «frío» y del funcionamiento de los pozos de nieve o neveras.