Escribimos una nueva página de nuestro Diario de un confinamiento con el bajoaragonés Salvador Berlanga, maestro y doctor en Pedagogía. Comentamos cómo está sobrellevando esta situación y también las últimas noticias en cuanto a educación, ya que este miércoles el Gobierno Central acordó con las autonomías el que todos los alumnos pasen de curso.
¿Cómo estás?
Pues bien, con mi magnífica barba de náufrago, típica del confinamiento (bromea). Dicen que se venden muy pocas cuchillas (ríe). Es broma, haciendo, haciendo sin parar.
¿A qué dedicas las horas en estos momentos?
Yo quiero que la conclusión de este confinamiento una vez acabe sea: menos mal que estuvimos confinados, pude hacer tanto, tanto y tanto. Yo estoy leyendo mucho, llevo cuatro libros en muy poco tiempo, sobre todo de novela histórica, y un libro que aconsejo de la alcañizana Rosa Blasco, que se llama ‘La sangre equivocada’. También estoy preparando un libro etnográfico para la Asociación de Amigos de la Escuela de Alcorisa, lo estamos preparando en equipo. Toco la guitarra, preparo canciones online con mi grupo, ARABOAS… Es un no parar para poder estar al cien por cien en el momento de la vuelta.
Preparar el regreso a la normalidad...
Claro, tenemos que estar con la mente lista y entrenados, física y psicológicamente. Esto pasará, encontraremos soluciones, simplemente tenemos que quedarnos en casa. Todos tenemos que colaborar en la medida de nuestras posibilidades porque una cosa está clara, como decía Camus en su novela ‘La peste’: Cualquier epidemia se cura, sobre todo, con solidaridad.
¿Qué te ha enseñado este confinamiento?
He aprendido que el mundo merece la pena vivirlo. Merece la pena vivir el exterior, con la gente, y dar besos y abrazos. Es curioso que ahora estamos llamando más que en Navidad. Estamos trayendo ese momento de relación máxima a este tiempo. Yo jamás había hecho una videollamadas y ahora llevo 50.000. Yo mismo, en mi propia página de Facebook puse que el que quiera hablar conmigo o le apetezca hablar yo me ofrezco, lo conozca o no. Pues oye, me está llamando mucha gente. Vi que lo había hecho Luz Casal, claro ella es famosa y yo no, pero me han llamado un montón de ex alumnos del CRIET. Gente que hacía muchísimo tiempo que no hablaba con ella. Ha servido para reconquistarnos, hay que sacar lo mejor de esta crisis.
¿Qué te transmitían estas personas?
Había un deseo doble: ponernos al día y calmar la angustia con la que algunas personas están viviendo esto. Esas llamadas expresaban de todo, pero también soledad, la sensación de no poder salir, de no saber qué iba a pasar con sus hijos… Me pedían orientación de qué hacer y la consulta era pedagógica. Yo les decía a todos lo mismo: hay que hacer los deberes, estar pendientes de la tarea escolar, que se está haciendo con un enorme esfuerzo por parte de los maestros, porque se ha inventado un sistema en 48 horas para el que no estaba preparada ni la escuela, ni el profesorado ni los niños ni las familias porque los ordenadores los teníamos para otra cosa. Les decía: pues sí, que los deberes son necesarios, pero que después lo que trabajen sean los valores. Que haya un punto de encuentro entre las familias: padres, hijos y abuelos, a esos que tantos tenemos que mimar en estos días. Y que cocinen con sus hijos, que bailen, que canten, que escriban, que lean cuentos, que los niños tomen responsabilidades familiares… que sea un punto de encuentro que ahora no hemos tenido debido al sistema de vida actual. Que se miren a los ojos, que lo hagan todo juntos, que se sientan familia.
Respecto a la educación, las últimas noticias que llegan desde el Gobierno Central es que todos los alumnos van a pasar de curso, ¿qué opinión te merece esto?
Esto es un crack. Lo que está ocurriendo es tremendo para las empresas, para los trabajadores… es una situación dramática que tenemos que solucionar. Lo que ha defendido el Ministerio y ha llegado a acuerdo con las autonomías, que tienen competencia, que por regla general se da el aprobado, lo que no quiere decir que no haya suspensos. La excepción será repetir, pero puede darse el caso. Y esto no se lo ha inventado la Ministra Isabel Celáa, son recomendaciones del Consejo Escolar del Estado donde están representadas todas las asociaciones, sindicatos… todo el mundo educativo a nivel estatal.
Está claro, el curso no ha acabado, finaliza en junio. Pero en cuanto a evaluaciones se detuvo el 14 de marzo, cuando se inició el estado de alarma. El profesorado tiene elementos de juicio sobrantes para saber cómo calificar a un alumno entre septiembre y marzo. El trabajo de este trimestre servirá principalmente para mejorar la nota, y lo que no se haya podido dar parece ser que se estudiará el próximo año.
Muchas veces el profesorado trabaja con los contenidos que pone Santillana, Edebé u otras editoriales, y eso es un error porque si no no da tiempo a trabajar lo importante de la educación, que son los valores. Saber una fórmula o una fecha es importante, pero hay otras cosas que son mucho más importantes. Educar es mucho más amplio que trasladar un contenido.
Se plantean ahora muchas dudas pero la cuestión parece ser que nadie se quede atrás...
Bonito título para una canción que compuse en 1994 sobre la paz. Es la misma idea. En este caso está previsto que el tutor haga un informe de las necesidades de refuerzo de cada alumno si las tiene, y los colegios abrirán en julio, no de una forma generalizada, sino para la población vulnerable. Hay muchas familias que no tienen ordenador ni conectividad y que lo están pasando fatal ahora mismo con la teleformación. Hablamos de que el 25% de los niños españoles está considerado pobre. Para ese tipo de alumnos se abrirán las escuelas en julio de forma optativa. De alguna manera se trata de recuperar un programa de refuerzo escolar que se llamaba PROA, que precisamente desapareció en 2012 con el tsunami de la crisis anterior.
Y precisamente por todo esto lo recaudado con mi novela ‘Como esos viejos árboles’ lo quise donar a un programa de este tipo de Cruz Roja Española, que se lleva a cabo en muchos pueblos para atender este tipo de alumnado. Quien me conoce sabe que estoy convencido de que la educación es lo que nos hace libres y lo que nos hace ir hacia delante.
Respecto a otras cuestiones, tienes una hija que está en primera línea de combate de la lucha contra el coronavirus, ¿qué es lo que os transmite?
Es una profesional enorme. Ella ha querido voluntariamente estar en UCI a ser posible, le encanta el trabajo solidario que hay entre los equipos, la generosidad de los compañeros… pero en estos momentos es muy difícil. Nos cuenta que la cosa es dura y vemos en ella el agotamiento. Incluso ahora tenía dos días de vacaciones, se puso enferma una compañera y tuvo que cubrirla porque el personal de UCI requiere cierta experiencia. La tensión sigue siendo altísima. Ella es fuerte mentalmente, trata de animarnos incluso a nosotros, pero eso sí, nos ha dicho que ni se nos ocurra salir a la calle. No podemos bajar la guardia.
Como padres nos preocupa que ella pueda caer contagiada como otros muchos profesionales, pero por otra parte vemos que el sistema sanitario funciona. Tenemos un buen sistema sanitario, pero no un fantástico sistema sanitario, porque está muy carente de recursos. Lo que tenemos es un personal fantástico, pero también unos repartidores fantásticos, unas personas de la limpieza fantásticas, todos los que están ahora mismo trabajando… cuando aplaudo lo hago pensando en todos.
Como siempre, un placer oírte. Siempre dispuesto a echar una mano a aquel que llama a tu puerta y como bien dices aún sin conocerlo. Siempre transmitiendo alegría y la confianza de que querer es poder. Un saludo para ti y tu Familia. Gracias.