La empresa minera Samca ha trasladado a los trabajadores su decisión de paralizar los movimientos de tierra y suspender la extracción de carbón en la mina de cielo abierto de Ariño, la explotación de lignito más rentable de todo el país.
Esta crítica decisión, que ha caído como un jarro de agua fría en la cuenca minera turolense, se toma después de casi un año extrayendo un lignito que después no se vende a la Central Térmica de Andorra. Aunque Endesa si que compró a Samca 40.000 toneladas de carbón al mes entre enero y junio, la minera cubrió esa demanda con el lignito que ha ido extrayendo del pozo subterráneo. La eléctrica, que ya ha ligado esta semana el futuro de sus centrales a un Pacto de Estado que garantice la entrada de un porcentaje mínimo del 7,5% de carbón en el Mix Energético, cuenta con un acopio de casi dos millones de toneladas en propiedad. De no haber cambios en la política energética de aquí a unas semanas, esta cantidad es suficiente para que la Térmica funcione todo el año.
La actividad en el desmonte se reducirá a labores de mantenimiento y control y apenas quedarán una decena de trabajadores en dos meses. Después de reducirse de 150 a 50 personas la plantilla desde diciembre de 2015, está previsto que la próxima semana diez empleados se trasladen ya a la mina de interior «Sierra de Arcos», que cerrará en diciembre. Este movimiento de personal llevará consigo el despido de diez trabajadores de una de las subcontratas que todavía sobrevive en la mina «Sierra de Arcos». «Nos dicen desde la empresa que las negociaciones con Endesa no han sido positivas y que no se prevé un incremento de las ventas de carbón a corto plazo. Se adelanta todo», explicó el presidente del Comité de Empresa, Sebastián Ruiz.
Además, la empresa desmontará los dos equipos de maquinaria con los que realiza los movimientos de tierra en el cielo abierto para llevarlos a la mina de arcilla que Samca tiene en el municipio vecino de Gargallo. Desmontarlos constará dos meses. Los dos equipos suman una quincena de trabajadores. «En la arcilla, que también la lleva una subcontrata, ocurrirá lo mismo. Se prescindirá de los trabajadores», añade Montoyo.
La mina más rentable
La extracción de carbón a cielo abierto ha sido para la minería turolense la gran «esperanza» de futuro. De hecho, Samca tiene proyectada una nueva explotación entre Alcaine y Oliete que dotaría de carbón a la Térmica de Andorra durante, al menos, 20 años más. Pero el devenir de los acontecimientos en el último año ha truncado las perspectivas de futuro. Endesa continúa agotando todos los plazos y no aclara si invertirá o no los 230 millones de euros que necesita la Térmica para alargar su vida útil más allá de 2020. Esta semana, el Consejero Delegado de Endesa en España, José Bogas, trasmitió a la plataforma en defensa de la comarca minera del Bierzo que sólo un Pacto de Estado que garantice la quema de carbón autóctono en España a largo plazo salvaría la Central Térmica de Compostilla que, al igual que la de Andorra, necesita una inversión de más de 200 millones de euros antes de 2020 para alargar su vida útil.
A nivel sindical, UGT y CCOO pidieron ayer mantener una reunión urgente con el embajador de Italia en España, Stefano Sannino, para exponerle la necesidad de que las centrales térmicas de Endesa en España -cuyo accionista mayoritario es la eléctrica italiana Enel- quemen carbón nacional.
Por su parte, los parlamentarios del PSOE por la provincia de Teruel, el diputado Ignacio Urquizu y la senadora Perla Borao, ofrecieron ayer una rueda de prensa en la que Urquizu informó que ha registrado una pregunta en la que solicita información sobre las conversaciones mantenidas entre la Unión Europea y el Ministerio de Industria al repecto de los planes de cierre.