Las obras se centran en la planta baja donde quedarán dos salas. El objetivo a medio plazo es reabrir el cine
Las máquinas y los operarios trabajan a pleno rendimiento para reformar el Centro Social Católico. El edificio, más conocido como Focar por todos los vecinos, albergará diferentes servicios en cuanto culmine la renovación que ha comenzado por la planta baja.
La intervención se está llevando a cabo con una subvención de 109.000 euros del Fondo de Inversiones de Teruel (FITE) de 2016, por lo que las obras deberán estar terminadas en diciembre. El Focar acogió el cine y un bar desde 1962 hasta hace unos veinte años cuando se cerró al público. Fue propiedad del Arzobispado hasta 2014 cuando el Ayuntamiento lo adquirió con intención de rehabilitarlo.
Ahora, y tras todo este tiempo clausurado, el primer paso y en el que se está trabajando es acondicionar y consolidar. Cabe destacar que entre otras cosas, el edificio sufría de aluminosis en varias zonas, entre ellas, en la pasarela que conectaba el Focar con la plaza de la iglesia y que hubo que derribar.
Los trabajos de la planta baja, además de servir de consolidación, albergarán locales diáfanos y equipados para usos municipales. El siguiente paso será reconstruir la pasarela porque de lo contrario no hay acceso peatonal. «A partir de ahí ya podremos ir trabajando para transformar el resto de dependencias, cambiar cubiertas y atajar más problemas de aluminosis», explicó el alcalde, Alfonso Pérez.
Estos problemas se focalizan en la terraza del bar, que pasará a ser tejado, y en el subsuelo de este donde se construyeron unos depósitos de agua en los que se procederá a eliminar el forjado. «El resto del edificio está perfectamente en la estructura», añadió.
El cine escondido
El edificio alberga una sala de cine con unas 600 butacas que, una vez rehabilitada, se dejará para el mismo uso. «Creo que destinarlo a otra cosa sería un error porque además todo lo que tiene no serviría para nada. Creo que puede llegar a ser una sala muy importante como cine, teatro y para eventos culturales de todo tipo», reflexionó el edil. El salón mantiene las butacas de madera de antaño colocadas en pendiente para facilitar la visión del público. El escenario, de donde todavía pende el viejo telón, es de grandes dimensiones y con foso para el apuntador incluido.
Los samperinos pasaron muchas tardes y noches en el Focar viendo películas pero también disfrutando del bar y de la enorme terraza y sus vistas. Para esta parte se ha previsto otra sala diáfana con la intención de habilitarla como museo.
Calculan que quedará un espacio de unos 200 metros cuadrados y Semana Santa podría ser una de las temáticas aunque no la única, pues se piensa en muestras permanentes e itinerantes también. «Posiblemente se coloque una exposición pero puede haber más, como por ejemplo, las antiguas formas de labranza del pueblo que también es nuestra tradición, pero aún está por decidir», añadió.
No se perderá el servicio de hostelería. De hecho, se ampliará ya que se prevé que el bar pase a funcionar como restaurante con una pequeña modificación en la ubicación para que tenga vistas a la plaza de la iglesia y a la zona trasera. «Es mucho más bonito así», valoró.
Una vez concluyan los trabajos de la planta calle, el objetivo es continuar con vistas a terminar en medio plazo. «Iremos buscando nuevas inversiones para darle un empujón mientras continuamos con el mantenimiento del día a día del pueblo», concluyó.
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