Hace poco más de un año, se detectó el primer caso de cabra montés afectada por sarna en Cantavieja. La infección de escabiosis rápidamente se propagó, especialmente entre los machos más mayores. 13 meses después, los cazadores del territorio estiman que solo quedará vivo entre un 5 y un 10% de los ejemplares dentro de dos años. «La mayoría de las cabras va a morir, este año quedará algo, pero va a ir a más», explica Cristian Tena, secretario de la Sociedad de Cazadores. Por el contrario y con prudencia, los Agentes de Protección de la Naturaleza remarcan que «la enfermedad aún está en el punto álgido y hasta hacer el censo no se puede conocer con seguridad el porcentaje de mortandad», señala Emilio Sorribas, APN del Maestrazgo. A pesar de la disminución de los ejemplares, continúa habiendo cabras que no se han visto afectadas, señalan ambos.
La enfermedad provoca un gran deterioro en el animal hasta su muerte, por lo que es fácilmente apreciable. Tiene una rápida propagación al tratarse de animales salvajes y de un ácaro muy contagioso. Sin embargo, la «cara buena», es que, por el momento, no está afectando a explotaciones ganaderas. Ante la situación, en un primer momento se estudió la opción de llevar a cabo un tratamiento a base de pienso medicalizado, aunque fue rechazado al considerarse «no efectivo» ante animales salvajes por no poder controlar su consumo, así como porque se corría el riesgo de que los animales domésticos que la consumiesen se pudieran intoxicar.
Por ello, desde el Gobierno de Aragón se optó por ampliar la concesión de permisos de caza para evitar la propagación y aprovechar económicamente los recursos aún existentes que genera la venta de precintos. Sin embargo, la muerte del animal no evita que se extienda, y al aumentar la caza también se corre el riesgo de acabar con los ejemplares sanos que han creado resistencia. Por ello, para intentar proteger a los sanos, no se han concedido pases de cabras o cabritos que no presenten más del 50% del cuerpo con sarna.
La situación se prevé que empeore en los próximos meses, ya que la enfermedad alcanza su punto álgido en diciembre y a finales de invierno, con la época de celo y cuando el frío hace que mantengan un contacto más estrecho para resguardarse. «A final de temporada será difícil encontrarlos y que no estén afectados, este año cazaremos algún macho más mayor sano, pero el año que viene con el celo de por medio será muy complicado conseguir trofeos sanos. Los machos afectados estarán más y los sanos se acabarán infectando», incide Tena.

Revulsivo económico que puede no volver
La caza en la localidad tiene un destacado peso en la economía, derivado de la venta de pases y a la llegada de un turismo en busca de esta actividad, repercutiendo en el ayuntamiento o particulares. Además, afecta también a la recaudación de la Sociedad de Cazadores, la que se reparte para sufragar los daños de estos animales en la agricultura. Por ello, la drástica reducción en la población trae consigo perjuicios económicos para el territorio. Esa situación podría no recuperarse hasta dentro de 25 años, o que no volviera: «Dependerá de la mortandad y de cómo se inmunicen, pero la sarna ha llegado para quedarse y es probable que esta situación no se recupere», concluye sorribas.
La plaga de sarna a las cabras monteses de Cantavieja llega tras graves afecciones en localidades de la comarca y alrededores como Castellote, Ejulve, Montoro, Villarluengo, La Cañada o Pitarque. Por ello y el aumento de la población de rumiantes, aseguran los vecinos de la localidad que «se veía venir». De hecho, únicamente una localidad de las quince de la comarca, Allepuz, no está incluida en el protocolo de DGA como municipio afectado.
La escabiosis se manifiesta en el cuello, cabeza y espalda, y después se extiende por toda la piel. Los animales pierden pelo y se les forman costras, sufren picores que provocan que se rasquen de forma continua y se vayan debilitando hasta que mueren. Al rascarse desprenden ácaros que se quedan en ramas o rocas, por lo que animales que después lo tocan se contagian.
El ocio de la muerte.
Que triste que solo seamos capaces de causar muerte. Es lo unico a lo q vuestras pobres cabecicas llegan.
Ya se ve lo preocupados q estan los cazadores…por el bienestar de la poblacion q sirve para su insana diversion…
Si al final tendremos q agradecer”… Por ello, para intentar proteger a los sanos, no se han concedido pases de cabras o cabritos que no presenten más del 50% del cuerpo con sarna.…”
?
Seguro que usted es capaz de solucionarlo mucho mejor, pero llevo tiempo intentando localizarla por el monte pero no la encuentro.
Ha pisado usted alguna vez el monte, sabe de lo que esta hablando….????
Yo creo que no.
Otro ecologeta sentado en el sillón de casa echándole a la culpa a los cazadores en lugar de salir al monte a curar a la cabritas.
Ideología Ekolojeta. Estos fariseos deberían irse a vivir al monte, y mantenerse de lo que produzcan. Ni dinero publico, ni ningún producto generado con materias primas de minería, fertilizantes o pesticidas. Otro gallo cantaría….
Debate fememino
que i…..l eres
En Valderrobres hay una población de buitres NO natural, alimentados artificialmente con residuos del matadero. Nadie se preocupa de las pieles que tiran en los pinares, ni de la mierda de sus excrementos, ni de pensar por qué se secan los pinos, … ahí lo dejo: pieles y carne muerta y una colonia de animales inusual y de tamaño descontrolado y las cabras se mueren: casualidades.