«Cambiaría las fiestas de agosto por la tarde de la Santa Encamisada sin pensármelo». Es la opinión de Cristina Fabián, una de las fiesteras de este año. Pero es una percepción compartida por buena parte de los vecinos de Estercuel. La fiesta de la Santa Encamisada, declarada de Interés Turístico en Aragón, es una de las citas más emblemáticas de la comarca Andorra-Sierra de Arcos y también del Bajo Aragón Histórico.
Los estercuelanos viven con fervor una tradición que cuida cada detalle y que gira en torno al fuego y su carácter purificador. La fiesta religiosa ha abarcado una vertiente popular que hace que pequeños y mayores disfruten de la más ancestral de las tradiciones y conviva durante todo el fin de semana.
Los protagonistas son los fiesteros, siete parejas que se encargan de los preparativos así como de protagonizar los actos. Este año las parejas formadas por Marcos y Nayara, Eduardo y Raquel, Edgar y Débora, Javier y Patricia, Javier y Cristina, Alejandro y Bárbara y Adrián y Ana, ejercerán de Procurador, Rey, Conde y Mayorales. «No somos un grupo de amigos, sino parejas voluntarias que nos hemos juntado para la ocasión. La experiencia está siendo muy bonita. De hecho, yo era algo que siempre había querido hacer», explica Cristina con orgullo.
Dos días frenéticos
Los actos comienzan este sábado a primera hora con la recogida de aliagas y la jornada será un no parar. Será a las siete de la tarde cuando comience el ritual para, a las ocho, iniciar la procesión de la Santa Encamisada. Subidos en caballerías, los fiesteros recorrerán las hogueras con una comitiva formada por cientos de voluntarios, vecinos y visitantes.
Después de una larga noche, el domingo será el momento más solemne, con la misa, el reparto del pan bendito y los rituales pertinentes para recibir a los fiesteros del próximo año.