Los fiestas de Alcañiz son en honor a sus dos patrones: la Virgen de los Pueyos y el Santo Ángel Custodio. Las celebraciones de cada patrón se corresponde con los días 9 y 10 de septiembre respectivamente y, cada año, se hace una misa en su honor esos días. Pero las restricciones sanitarias derivadas de la crisis del coronavirus van a impedir que se realicen los actos litúrgicos como se ha hecho tradicionalmente, habiendo grandes cambios en sus celebraciones. Se respetarán las misas, pero no habrá procesiones.
Misa para la Virgen de Pueyos
Tradicionalmente, cada 9 de septiembre se subía en romería hasta el Santuario de la Virgen de los Pueyos a las ocho y media de la mañana. Miles de personas iniciaban la marcha en la Plaza de España, y a este acto asistían la Corporación Local, las Reinas de las Fiestas, las diferentes Asociaciones de Alcañiz y la comparsa de gigantes y cabezudos.
Una vez llegados a Pueyos, se celebraba una misa litúrgica en honor a la patrona y, acto seguido, una ofrenda de flores en el exterior del santuario.
Pero este año no podrá celebrarse de esta manera. Se realizará una primera misa a las 8.00 en el Santuario de Pueyos, y después otra en la Ex-Colegiata Santa María La Mayor a las 10 de la mañana. Será una misa cantada por la Asociación del Cachirulo de Alcañiz. Se ha elegido este cambio de ubicación para poder respetar el distanciamiento social y que hubiese más aforo del que estaría permitido en el Santuario de Pueyos.
El Santo Ángel Custodio
El otro patrón al que Alcañiz honra en sus fiestas es el Santo Ángel Custodio. Cada 10 de septiembre se realiza una misa en su honor en Santa María La Mayor y, acto seguido, una pequeña procesión con su peana portada por la Policía Local, de la que también es patrón.
En las «no fiestas» alcañizanas, este acto también será muy distinto a como lo es tradicionalmente. Sí que se realizará la misa a las diez de la mañana en el mismo lugar, contando con las autoridades locales, pero no habrá procesión del Santo Ángel Custodio. En su lugar, se colocará la peana al lado del altar. Tampoco se repartirá, como es tradicional, pan bendito. Esta misa será cantada por un grupo reducido de la Unión Musical Virgen de Pueyos y cada intérprete
estará separado, al igual que los asistentes, asegurando la distancia de seguridad.
Actos previos a los «no festejos’
Antes de los días patronales también se realizan varios actos litúrgicos. El 31 de agosto comenzó la
«novena» con un rezo del Rosario a las 19.30 y una misa posterior a las 20.00. En esta celebración participaron distintos grupos de la parroquia y del pueblo, y se ha cantado el himno a la Virgen de Pueyos en la iglesia Mayor hasta el día de hoy, coincidiendo con la víspera de las jornadas patronales.
Después, los días 5 y 6 de septiembre se realizó lo que se conoce como «llega». Consiste en que en la misa, en el momento de la colecta, cada creyente aporte la cantidad que considere y que irá destinada a la conservación y mantenimiento del Santuario de Pueyos. Este acto solo se hace estos dos días del año.
«Todos vamos a tener el recuerdo de lo que se hacía otros años: subir a Pueyos a almorzar con la familia y amigos, las reuniones en masicos… Haremos oraciones especiales a la Virgen y al Ángel Custodio por los que están y los que no están. Además debemos saber que nos acompañan tanto en los momentos felices como en los de pesar», afirma Pablo Roda, el párroco de la localidad.
El futuro de la religión
Con el fin del confinamiento y la desescalada han llegado también las celebraciones litúrgicas que se habían tenido que posponer. Es el caso de las comuniones. «Están siendo de siete niños como máximo. Son muy familiares y cercanas, y en muchos casos los abuelos no han acudido a la misa por temor al contagio», expone Roda. También asegura que «un 30% de los comulgantes han decido retrasar esta celebración hasta el próximo año porque, con las restricciones de aforo, no podían celebrarlo después en un restaurante».
Lo mismo ha ocurrido en el caso de las bodas, ya que en todo este periodo de tiempo solo se ha
podido oficiar una.
En cuanto a los entierros, se ha tenido que controlar el aforo estrictamente, ya que en algunos han sido muchas las personas que querían darle el último adiós a un ser querido o conocido. Incluso uno tuvo que realizarse por videollamada, permitiendo así que los allegados de la persona fallecida pudiesen estar presentes desde cualquier parte de España.
Las misas de cada domingo también han visto su número de asistentes reducido muy drásticamente, puesto que la mayoría de los fieles son de avanzada edad. Es decir, pertenecen al grupo de mayor riesgo frente al coronavirus, por lo que por miedo al contagio han dejado de asistir a la iglesia.
Como novedad, se va a volver a repartir la publicación semanal de las diócesis de Aragón en
un renovado formato y que llevaba desde el mes de marzo sin imprimirse. En el impreso de
esta semana se incluirá una hoja con oraciones a los patrones de Alcañiz, un hecho muy esperado cada año por los creyentes del municipio.
Durante estos días también están programando cómo será la catequesis para todos aquellos que la comiencen o finalicen durante el próximo año. Por el momento, el inicio de las clases de catequizamiento de los niños y niñas de manera presencial tiene previsto su comienzo
en el próximo mes de octubre, tras pasar el Día de la Virgen del Pilar.
En el caso de que no fuese posible, lo catequistas se organizarían para realizar las clases de
manera online o a través de fichas que cada joven deberá realizar en casa con sus familiares.
Esto último fue el método utilizado durante el confinamiento para que pudiesen seguir siendo
instruidos en la fe cristiana, por lo que afirman que «ya están más familiarizados».