Solo dos niños saharauis llegarán este verano al Bajo Aragón con el programa de acogida «Vacaciones en paz». Tienen entre 8 y 10 años, y ambos se alojarán con familias de Alcorisa. Los que serán sus padres y hermanos durante la época estival tienen muchas ganas de darles la bienvenida, aunque todavía desconocen sus nombres y la fecha en la que van a llegar. El Boletín Oficial del Estado (BOE) no publicó hasta el pasado 1 de julio el acuerdo que autoriza la estancia en España de los menores procedentes de los campamentos de Tindouf (Argelia), lo que ha desatado una carrera burocrática contrarreloj para conseguir los visados de los pequeños.
La tardía puesta en marcha del programa de acogida, tras dos años de parón por el covid, también ha mermado considerablemente el número de participantes. A la zona del Bajo Aragón llegaban cada verano hasta 60 niños, que se hospedaban con familias de localidades como Calanda, Alcorisa, Albalate, Fuentes de Ebro y Montalbán. También la cifra total de niños que pasarán sus vacaciones en Aragón se ha visto reducida a apenas un centenar, frente a la media de entre 150 y 180 de años anteriores. El descenso puede atribuirse también al cambio de edad de los participantes. Este verano solo vendrán niños de entre 8 y 10 años, para que puedan repetir su estancia hasta cumplir los 12.
La Delegación del Pueblo Saharaui en Aragón supervisará el programa de acogida. De la llegada de los menores, se encargarán cuatro asociaciones aragonesas. Um Draiga y Arapaz se responsabilizarán de 30 y 40 niños, respectivamente, en la provincia de Zaragoza; Alouda de 40 en Huesca y Lestifta de 7 en Teruel. La asociación Acción Solidaria de Ayuda al Pueblo Saharaui (ASAPS), con sede en Andorra, y que lleva más de dos décadas colaborando con el programa «Vacaciones en paz» para traer niños saharauis al Bajo Aragón no tramitará este año ningún expediente. «Al reducirse el número de participantes, hemos preferido que Lestifta concentrase todas las solicitudes de acogida a nivel provincial», explica Javier Pina, integrante de ASAPS.
Faltan cinco familias
Las asociaciones aragonesas que gestionan la llegada de menores saharauis a nuestra comunidad todavía buscan cinco familias de acogida para completar el programa. Javier Pina asegura que, aunque la situación económica actual sea complicada, «donde comen cuatro personas, pueden hacerlo cinco». «Solo con traer a un niño desde un sitio tan tórrido, donde se alcanzan temperaturas de hasta 50ºC, le estás ayudando; pero si además, le damos a conocer nuestra cultura, nuestro idioma y nuestras costumbres, y le inundamos de cariño, él a su vez nos devolverá todo ese amor y más», explica Pina. Él ya tiene «tres familias en el Sahara» y asegura que «se crea un vínculo familiar enorme». De hecho, cada vez que viaja a los campamentos de Tindouf se aloja con la familia de Hamain, el primer niño que acogió en su hogar de Albalate.

Pina lamenta que muchas familias bajoaragonesas hayan perdido la oportunidad de traer a los menores que se hospedaban con ellas, ya que tras los dos años de parón, los niños ya han cumplido los 12 años. Asimismo, una vez completado el ciclo del pequeño, las familias solían traer a alguno de sus parientes, ya fueran hermanos, primos o incluso vecinos. «Este año no hay familias repetidoras, son todas nuevas», señala el albalatino, quien anima a los vecinos del Bajo Aragón a acudir a las reuniones que celebra la asociación ASAPS para conocer la realidad del pueblo saharaui. «Como turolense me siento muy reflejado con su situación. Somos más de cien mil personas abandonadas, ellos más de 170.000 y nosotros más de 130.000», expresa Pina.
Pasaporte colectivo
Los niños saharauis, considerados apátridas como consecuencia del abandono por parte de España del Sáhara Occidental en 1976, necesitan un pasaporte colectivo que incluye a entre 20 y 50 menores para poder viajar. «Significa que los mismos niños deben venir y regresar al mismo tiempo», explica Javier Pina. La delegación española en Argelia tiene que visar esos pasaportes, sin embargo, el proceso está siendo muy lento. Aunque hay predisposición de todas las partes de que «Vacaciones en paz» se celebre, pesan las tensiones que hay entre los países de España y Argelia, tras el reciente cambio de postura del Gobierno de Pedro Sánchez respecto a la autodeterminación del pueblo saharaui.
Una vez que las asociaciones dispongan de los visados de los menores, podrán organizar los vuelos para que cerca de 2.300 niños de los campamentos de Tindouf vengan a pasar sus vacaciones a España. A diferencia de otros años, debido a la reducción del número de participantes, cada comunidad autónoma no fletará su propio avión, sino que se compartirán los vuelos. Cuando finalice este proceso, las familias de acogida, entre ellas las dos de Alcorisa, podrán conocer la fecha de llegada de los pequeños. Gracias al programa de acogida ‘Vacaciones en paz’, miles de niños han llegado a nuestro país durante cuarenta y tres veranos.
Otra de las verguenzas que tienepara siempre ESPAÑA, el abandono, del Sahara en 1976.