Pepe Polo (La Puebla, 1956) busca colaboradores para reactivar el asociacionismo vecinal del Bajo Aragón.
Pepe Polo es el presidente de la Confederación de Asociaciones Vecinales de Aragón (CAVAragón). También es el máximo responsable de la Federación de Vecinos «San Fernando» de Teruel, ciudad donde reside desde hace casi tres décadas; y de la Asociación de Vecinos «San Julián».
Cuenta con una amplia trayectoria en el activismo social y sindicalismo. Fue secretario del Movimiento Comunista de Aragón en el Bajo Aragón Histórico, secretario general de CC OO Teruel durante ocho años al igual que del Sindicato de Enseñanza, y coportavoz de Teruel Existe, entre otros.
Antes que en Teruel, también fue activista social en su localidad y en todo el Bajo Aragón Histórico durante el final del franquismo y la transición. ¿Cómo lo recuerda?
Entonces practicaba un activismo tan dinámico o más que el que ahora ejerzo en Teruel. Prácticamente estuve en la formación de todas las organizaciones sociales del Bajo Aragón Histórico. En el nacimiento de UAGA en Puigmoreno, de CC OO en Andorra, y entre Alcañiz y Caspe de la Deiba (Defensa de intereses del Bajo Aragón) que tenía su homóloga en Teruel como Deibate. En el otoño del 75 se constituyó en Zaragoza con estudiantes bajoaragoneses la Platajunta para organizar la manifestación pro estatuto de autonomía de Aragón que se celebró en Caspe. La presidía Tomás Bosque y yo era el secretario. Después llegó al territorio y a Teruel como otra organización. Así como aquí existía Deiba, la de la capital se llamaba Salvemos Teruel. La fusión de las dos Platajuntas la hicimos en Alacón en un acto disfrazado como una excursión a las pinturas rupestres que hicimos desde ambas zonas y que concluyó con un concierto de La Bullonera.
¿Cómo valora la situación del movimiento vecinal?
Ha tenido un antes y ahora tendrá un después. Es uno de los movimientos más importantes de la transición junto con las organizaciones sindicales. A partir de ese periodo hubo un vaciado de las asociaciones vecinales. Algunos de sus miembros fueron captados para ir en listas electorales y en otros casos los partidos intentaron llenar las asociaciones de políticos para que no fueran contrapoder. Entiendo que su papel es de colaborar con los ayuntamientos y, al mismo tiempo, ser contrapoder al poder municipal. Si yo tengo que conseguir cosas me da igual lograrlas al PP que al PSOE pero para eso tengo que saber colaborar y al mismo tiempo, saber ejercer la oposición.
¿En qué estado se encuentra actualmente?
No podemos generalizar pero algunas asociaciones están activas, otras dormidas y otras en coma. No podemos tener sociedades participativas sin movimiento vecinal.
¿Qué han logrado en Teruel?
Muchas cosas. Como por ejemplo, contar con unos presupuestos participativos en el Ayuntamiento. 2017 es el segundo año y además, de forma reglada. Hemos conseguido que el Consistorio turolense se fie del movimiento vecinal para que los organice. Ocurre lo contrario que en Zaragoza, donde el Ayuntamiento ha contratado a una empresa para este fin. En estos dos años estamos corrigiendo errores y viendo cómo los podemos mejorar. En septiembre iniciaremos la campaña del Consejo de Dinamización Social.
Otro ejemplo.
Con el futuro centro social el Ayuntamiento de Teruel podría haber organizado un proceso participativo pero nos lo encargó a nosotros. Recogimos propuestas aunque luego con sus técnicos los que deciden. Tenemos claro que ofrecemos cauces y canales para que quien toma decisiones lo haga con más datos.
¿Cómo se consigue tener un movimiento vecinal tan activo?
Somos conscientes de las fortalezas y debilidades del movimiento vecinal en Teruel. Desde la Federación creamos un plan de rehabilitación vecinal con el que realizamos un análisis DAFO de los problemas de las asociaciones. No del barrio sino de la junta y su gestión.
¿Cómo funcionó?
Está costando mucho. Nos encontramos con asociaciones que no están funcionando porque las juntas no quieren dar entrada a la gente nueva, un papel cortijero. No queremos cambiar todo sino creernos la participación y crear una ciudad mejor. Nuestra labor es colaborar con el Ayuntamiento y al mismo tiempo, presionar. El pasado jueves estuve con la alcaldesa, Emma Buj, viendo las obras de San Julián. Algunos me dirán que me utiliza pero lo que yo digo es que lo importante es que el asilo se va a rehabilitar.
También continúan con su labor reivindicativa.
Sí, las tres últimas movilizaciones, dos por el ferrocarril y una por la universidad, han sido masivas. No descartamos más. Antes de que yo fuera presidente logramos que más de 800 personas abrazaran el asilo.
¿Cómo valora el movimiento vecinal en Aragón?
Se encuentra muy parado a excepción de Zaragoza y Teruel ciudad. En nuestra provincia, no existe prácticamente y ese papel a veces lo ejercen las asociaciones locales como las de mujeres.
¿Y en el territorio bajoaragonés?
No me atrevería a realizar un gran análisis. La capital, Alcañiz, cuenta con cinco asociaciones más dos en las pedanías. Lo veo parado y con la necesidad de que se reflote. Realizaría un análisis DAFO para ver sus potencialidades y conocer por qué se ha paralizado. A veces una asociación funciona porque dos o tres personas tiran del carro y de repente, si ellos no pueden por cualquier problema personal, todo se detiene.
¿Qué opina de la plataforma del Hospital de Alcañiz?
Nació con el objetivo de que se construyera con financiación 100% pública y ya lo han conseguido.
Por último, proyectos de futuro.
Hemos iniciado tres campañas desde la CAVAragón y la Federación de Teruel y estamos buscando colaboradores para trabajar en esta zona. Se centrarán en la sanidad para reclamar más plantilla y prestaciones en los centros de salud; por la eficiencia energética, explicar cómo nos han esquilmado; y por la mujer, es vital en el medio rural y son las más participativas.
Un activista que participó en el nacimiento del asociacionismo de la zona
Habría muchas palabras para definir a Pepe Polo pero si hay que quedarse con una sola sería la de «activista nato». Y es que a sus 60 años, su vida da para mucho. Reside en Teruel desde el año 90, donde trabaja como auxiliar de educación especial en el colegio público Arboleda.
Nació en La Puebla de Híjar, donde residió hasta los 10 años hasta que se marchó al Seminario Diocesano de Zaragoza. Estudió Historia, carrera que no terminó porque no le concedieron prórrogas al estar fichado.
Regresó a su municipio después de la mili, en las Navidades del 78, donde, entre otros, trabajó en la construcción de la Térmica. Fue uno de los impulsores de la asociación cultural Val de Zafán y concejal durante dos legislaturas, la primera con la agrupación Unión de Izquierdas y después con la coalición Izquierda Unida de Aragón, germen de la actual IU estatal.
En el 85 se marchó por trabajo a Zaragoza y en el 90, a Teruel. Vivió el 23-F siendo edil y secretario general del Movimiento Comunista de Aragón en el Bajo Aragón Histórico, lo que le llevó pasarse toda la noche llamando a los compañeros de la zona desde el bar La Cooperativa de La Puebla.
«Sobre el 73 el sereno tenía que dar información sobre lo que hacía y en la transición tenía que ir los domingos a presentarme al Cuartelillo», explica Polo, quien reconoce que en aquellos años no era fácil crear candidaturas de izquierdas.
«Ahora que se habla tanto de la memoria histórica, en La Puebla ya recuperamos los nombres de las calles y quitamos placas sin que nos lo dijera nadie. Se hizo una transición modélica», destaca.
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