Teresa Guerrero se licenció en Ciencias de la Información-Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y ha realizado estudios de Lengua y Literatura italiana en la Università per Stranieri di Perugia. Trabaja en el periódico EL MUNDO desde el año 2000. En 2009 se incorporó al área de Ciencia, de la que es responsable desde 2019. Ha recibido el Premio Boehringer Ingelheim al Periodismo y Divulgación en Salud 2021 y es una de las ponentes del V Curso de Periodismo de Alcañiz.
Esta ponencia se presenta como 'La ciencia se cuela en las portadas de los medios'. ¿Qué temas científicos son de actualidad?
Desafortunadamente uno de los principales temas es el grave incendio que está afectando a la isla de Tenerife. En España habíamos tenido hasta ahora un verano relativamente tranquilo en lo que respecta a los incendios, aunque tuvimos uno muy grave en La Palma, y por supuesto, hemos visto cómo ardían islas emblemáticas griegas, y otros incendios muy graves en Hawái y Canadá. Pero con tanto calor, las previsiones se han cumplido y ahora tenemos esta situación tan grave en Tenerife. Así que las olas de calor y los incendios figuran claramente entre los protagonistas de este verano desde el punto de vista informativo. También tenemos otros asuntos destacados de ciencia, como las misiones robóticas a la Luna. Y lo que estamos viendo es que temas muy diversos, de paleontología o astronomía, incluso estudios muy complejos de física de partículas o agujeros negros, suscitan gran interés en los lectores y se van colando en las portadas.
¿Consiguen llegar a las portadas?
Hay mucha competencia por estar en ellas y aunque, lógicamente, los temas de política y economía suelen ser los que más espacio ocupan en un periódico como El Mundo, poco a poco, las noticias científicas y sobre la crisis climática van ganando espacio. ¿Hasta qué punto interesan a los lectores? Hoy en día tenemos herramientas que nos permiten saberlo con exactitud, podemos ver cuánta gente lee las noticias, el tiempo que permanecen en ellas y otros datos de interés. Y, quizás para sorpresa de algunos periodistas, interesan y los lectores dedican tiempo a leerlas. Es algo que antes no podíamos demostrar, pero ahora sí.
¿Cómo debe ser el tratamiento de esas noticias?
Es muy importante contar siempre con el punto de vista de los científicos. Los estudios se publican en revistas científicas especializadas, lo que quiere decir que han sido revisados por expertos independientes, aunque es frecuente que surja el debate y a veces incluso polémicas importantes sobre algunos resultados, por ejemplo, esto es bastante frecuente con los fósiles de la evolución humana. Desde mi punto de vista, lo más importante es que a través del periodismo científico llevemos la voz de los expertos a la sociedad. Lo constatamos durante la pandemia del Covid-19. No había respuestas para todo, ni siquiera para asuntos que eran esenciales para intentar evitar la transmisión, y con frecuencia formulábamos preguntas a los expertos para las que no tenían respuestas. Me parece importante admitirlo y que la sociedad comprenda esto, que la ciencia no es infalible, que requiere tiempo e investigación para ofrecer respuestas y soluciones, y que puede haber resultados o respuestas contradictorias o cambiantes cuando se investiga más un asunto. Y también me parece muy importante que la gente conozca a los científicos y se habitúe a escucharlos en todos los espacios, que no tengan que entrar en las secciones de ciencia de los periódicos o buscar programas especializados, sino que los encuentren de forma natural en los medios y en el debate público. Porque en mi opinión, que una sociedad conozca y respete a sus científicos es un síntoma de desarrollo.
El periodismo científico está en un momento de auge. ¿Cuáles son los mayores retos a los que se enfrenta?
Uno de los retos a los que nos enfrentamos los medios de comunicación a nivel internacional es a los recortes en las redacciones. Cada vez hay menos periodistas para hacer el mismo trabajo, incluso esos profesionales abarcan cada vez un mayor número de tareas. Debería de ser al revés, puesto que para crear buenos contenidos se necesita tiempo. Es un tipo de información que casa mal con esas formas de trabajo rápido e inmediato. En El Mundo alternamos estas informaciones, vamos trabajando en encargos que se hacen rápidamente y lo alternamos con reportajes con mucha más profundidad. La falta de recursos y las prisas son un problema y pueden propiciar que se cometan errores. Se necesita tiempo para comprobar, contextualizar y contrastar estos temas en los que cada vez hay un mayor interés.
Recientemente ha recibido uno de los premios más reconocidos del sector, el premio Boehringer al periodismo y la divulgación en salud por el reportaje ‘El visón amenaza el desarrollo de vacunas anticovid'. ¿Cómo se hizo?
Es un reportaje que hice conjuntamente con mi compañera Cristina García Lucio. Es uno de esos reportajes que hacemos en equipo. Soy periodista de ciencia, pero también llevo muchos temas de medio ambiente, y mi compañera está especializada en salud. Durante la pandemia de coronavirus tuve que dejar un poco la ciencia porque me encargaron seguir el coronavirus, ir a las ruedas de prensa de Fernando Simón y de Salvador Illa, y estuve varios meses centrada en la cobertura de la pandemia. El reportaje de los visones es un ejemplo de un tipo de tema que llamamos fronterizo, que hicimos juntas recabando a un gran número de expertos en vacunas, biodiversidad y veterinarios.
¿Cómo es este trabajo?
Abordaba la preocupación que surgió entre los científicos después de detectar los primeros contagios de visones a personas en granjas donde se crían estos animales, y lo publicamos en noviembre de 2020, cuando ya se había vacunado a casi toda la población y preocupaban las mutaciones del virus que iban surgiendo. Nuestro trabajo exploraba cómo las precarias condiciones de las granjas de visones podían poner en riesgo la eficiencia de las vacunas, además de ser un grave problema ambiental pues es una especie invasora. El problema de los visones no se ha solucionado. En octubre, una cepa de gripe aviar saltó por primera vez de las aves a estos mamíferos en una granja de visones de A Coruña, mutando en el proceso y transmitiéndose entre los animales. Nos alegró mucho recibir este premio porque trabajamos en equipo. Además, se basaba en un concepto que consideramos importante, llamado One Health, que hace referencia a que no podemos considerar la salud humana de manera independiente sin preocuparnos también de la salud de los animales y del medio ambiente, porque las tres están estrechamente relacionadas.