De seguir entrando en el mix energético con el ritmo que lo está haciendo desde agosto, la Central Térmica de Andorra dejaría de producir energía antes de Navidad, cuando se agotaría definitivamente todo el carbón acumulado en la campa, según afirman los trabajadores. Desde Endesa, sin embargo, se muestran más cautos y ligan el final del carbón a la demanda que haya hasta «las primeras semanas de 2020».
De lo que no queda ninguna duda es de que la infraestructura apura las últimas 400.000 toneladas que quedan de lignito y, aunque permanecería operativa hasta junio de 2020 -tal y como establece la normativa de cierre a la que está acogida-, su chimenea dejaría de echar humo para siempre en apenas un mes. Y lo haría sin alternativas de empleo inmediatas.
La Térmica dejó de recibir carbón autóctono a mediados de enero, cuando Endesa y Samca cerraron el contrato de suministro y, en lo que respecta al lignito de importación, las últimas compras llegaron en abril. Pero el carbón que se está consumiendo ahora no es tan reciente. De hecho, algunos empleados recuerdan que podría haber también «de las minas que Endesa tenía en Andorra y que hace más de una década que se cerraron».
Desde mediados de agosto, la Central funciona con dos grupos, muy por debajo de su capacidad; una tendencia que se ha mantenido todo el año puesto que en octubre Andorra había producido 1.173 Gigawatios hora (Gw/h) mientras que en octubre de 2018 la producción acumulada era de 2.587 Gw/h. Este año se ha estado produciendo menos de la mitad que el año pasado.
Atendiendo al histórico de los últimos 10 años, la decadencia de la actividad en la Central ha sido significativa. Después del parón de 2010 ante la falta de un reglamento de garantía de suministro de carbón en Europa que supuso encierros, huelgas y grandes movilizaciones en todo el país, la actividad de la Central Térmica fue recuperándose. De hecho, de los 1.793 Gw/h que se produjeron en 2010, se pasó a los 6.260 en 2011. Sin embargo, lo de 2011 fue una excepción. La tendencia a la baja desde entonces ya auguró los peores presagios, y más cuando en 2015 terminó el Decreto de garantía que obligana a las eléctricas a consumir carbón autóctono. El lignito entró en el mercado libre y, por consiguiente, el trabajo en las minas comenzó a sufrir altibajos. En 2018, cuando Endesa reconoció definitivamente el cierre de la Central, la producción acumulada fue de 3.030 Gw/h.
El Plan de Ribera
La Central Térmica dejará de echar humo en apenas un mes y todavía no hay alternativas de empleo en el territorio. El plan de transición energética que la ministra de Transición, Teresa Ribera, anunció el pasado año podría ir detallándose próximamente ya que todo parece indicar que, si fructifera la investidura de Sánchez, sea Ribera quien repita al frente del Ministerio.
Este futuro plan fue recogido en el preacuerdo que la pasada semana firmaron Sanchez e Iglesias y la situación de Andorra fue abordada en la reunión entre Teruel Existe y el PSOE en el inicio de las conversaciones para la investidura.
La esperanza de la cuenca minera de Andorra son ahora las plantas de fertilizantes y gres de Samca en Ariño y Alcorisa, respectivamente, así como la futura planta de pellets que abrirá Forestalia en Andorra. El primer proyecto avanza con rapidez y ya emplea a algunas personas que trabajaban en la mina. Podría poner en marcha antes de enero.
Estos italianos no tienen vergüenza. Nos han abandonado como a un perro y sin alternativas. No se merecen ningún respeto. Ojalá algún día se les pudiera devolver con la misma moneda.
Así sea…con la de Escucha pasó igual…comprarla Enel y cerrada.iii