El Bajo Aragón Histórico se enfundó este sábado el traje de baturro para rendir homenaje a la Virgen del Pilar. Calanda, Alcañiz, Caspe, Fayón, Maella, Chiprana o Valderrobres fueron solo algunos de los municipios donde los vecinos dieron el do de pecho para honrar a la Pilarica. En esta crónica se resume lo mejor de cada localidad.
Cachirulos, alpargatas, fajas, mantones, enaguas y, por supuesto, flores, llenaron la plaza de España de Calanda este sábado creando una preciosa estampa multicolor. Los calandinos se vistieron con el traje regional y salieron en masa a las calles para participar en la ofrenda en honor a la patrona, la Virgen del Pilar. En familia o con amigos varios centenares de personas guardaron su turno respetuosamente para contribuir con sus claveles a formar el impoluto manto de la virgen, sin duda el centro de todas las miradas durante las fiestas.
Para muchos, especialmente los creyentes, este momento es uno de los más esperados del año ya que la «Pilarica» representa el puro sentir calandino. «Es lo más grande, nuestra madre», «lo es todo» o «la llevamos en el corazón» fueron las expresiones que utilizaron algunos de los vecinos poco antes de entregar su ramo y posar para la foto de rigor.
La ofrenda se alargó durante casi tres horas en las que el ir y venir de oferentes fue una constante, cómo no al ritmo de las jotas interpretadas con toda la pasión del mundo por la asociación El Cachirulo. El día salió espléndido, ni una nube en el horizonte, aunque no hubiera estado de más alguna pequeña brisa de vez en cuando para dar un respiro a los participantes. Y si no, que le pregunten a las baturras…
La mañana, en la que todo fueron sonrisas, dejó los típicos contrastes que hacen de cada 12 de octubre un día irrepetible y muy especial: bebés de apenas unos meses en brazos de abuelas que llevan toda una vida vistiéndose; la ilusión de los adultos frente al cansancio y los bostezos de los niños que salen obligados por sus padres; o la buena cara de quienes madrugan frente a las ojeras y el «cuerpo jotero», nunca mejor dicho, de los que no renunciaron a la fiesta del día anterior. Hablando de madrugar, para algunos la jornada comenzó bien temprano. Ni más ni menos que a las seis de la mañana, cuando los Despertadores hicieron su ronda antes de asistir al Rosario de la Aurora.
El alcalde de Calanda, Alberto Herrero, se mostró «emocionado, muy satisfecho y agradecido» por la masiva afluencia a la ofrenda. Por su parte el mantenedor de las fiestas, Mariano Radigales, suele mezclar Calanda con Zaragoza pero tiene clara su preferencia. «Allí el día se caracteriza por la magnitud y aquí por la tranquilidad, los saludos de la gente y el agradecimiento del pueblo. Son ambientes distintos y, la verdad, me gusta más el de Calanda», confesó.
El manto de la Virgen se queda pequeño en Alcañiz
El manto de la Virgen del Pilar en Alcañiz se volvió a quedar pequeño una vez más y no pudo acoger todos los ramos de flores que a sus pies han depositado los alcañizanos. En una mañana luminosa y con mucho calor, cientos de vecinos de todas las edades no dudaron en vestirse con sus trajes regionales y salir a la calle para honrar a la Pilarica.
A las 10.00 tuvo lugar la misa baturra en la excolegiata y a las once todos los participantes en el desfile, al son de las jotas cantadas por la rondalla de El Cachirulo, se acercaron hasta la pequeña capilla de la Virgen del Pilar junto al puente viejo donde se celebró la ofrenda floral.
Como es tradición las primeras en depositar los ramos de flores fueron las reinas de las fiestas alcañizanas y después una larga cola de oferentes, bien a título individual o formando grupos con la familia o con amigos, que fueron dejando sus presentes florales a los pies de la Patrona de la Hispanidad.
La ofrenda estuvo amenizada por la Lira Alcañizana y también por alguna otra jota que se pudo escuchar mientras tenía lugar la ofrenda floral. Como también es tradicional muchos de los asistentes degustaron unas pastas y moscatel invitados por gentileza de El Trillero.
Día grande en Caspe y comarca
En Caspe el Día del Pilar se vivió a lo grande. Cientos de caspolinos participaron en la Ofrenda de Flores vestidos de baturros y baturras y llevando ramos, además de paseando por las calles de la localidad. La ofrenda terminó en el interior de la Colegiata Santa María La Mayor, donde se vistió a la Virgen de flores, y después de una misa religiosa, se realizó otra Ofrenda de Frutos. En todo momento estuvieron presentes todos los miembros de la Guardia Civil de la zona, quienes acabaron la mañana celebrando el día de su patrona con un vino español.
Además, la Asociación Histórica Vestimentum organizó de nuevo su concurso de indumentaria y eligió a los tres vecinos mejor vestidos durante la Ofrenda de Flores. Los premiados fueron Carmen Baile, Pilar Herrero y la familia Beltrán.
En el resto de municipios del Bajo Aragón-Caspe también se celebró el Día del Pilar, aunque de manera mucho más especial en Fayón, siendo uno de los días más importantes para los fayonenses. A mediodía y en procesión, subieron hasta la ermita del Pilar, con un tiempo espectacular, y rindieron homenaje a la Virgen en su exterior decorando su manto con decenas de flores que todos los presentes fueron entregando. Hubo una misa religiosa y por la tarde la Asociación de la Mujer Fayonera se encargó de cerrar los actos con un bingo popular.
Maellanos y chipranescos celebraron su misa tradicional y los vecinos más devotos acudieron hasta Zaragoza para dar sus flores a la Virgen del Pilar en la plaza zaragozana, acompañados de sus rondallas joteras.
También en el Matarraña
En la capital del Matarraña, Valderrobres, se celebró una misa por el Día del Pilar. El coro de la parroquia cantó en la ceremonia en honor a la Virgen, donde asistieron los integrantes de la Guardia Civil junto al alcalde y concejales y un gran número de vecinos de la localidad.