El casco histórico de Valderrobres sumará un nuevo atractivo que en este caso juntará patrimonio, historia y ciencia. El Torreón de Valentinet, actualmente en ruinas y con un proyecto de rehabilitación, acogerá una cámara oscura. Este instrumento se ubicará en la parte superior del edificio y se construirá durante las obras de recuperación de este torreón defensivo situado en la calle Codo, a tan solo 100 metros del conjunto iglesia-castillo. Una vez éste finalice su construcción -el inicio está previsto para los próximos meses- será la única de todo Aragón y de las pocas de toda España. La cámara oscura es un instrumento óptico, normalmente de grandes dimensiones, cuyo uso se remonta miles de años atrás y supuso el antecedente de las cámaras de fotos. La cámara es negra y es total o parcialmente oscura en su interior. A través de un orificio que da al exterior se proyecta en una de sus paredes la imagen exterior de forma invertida, creando un interesante efecto óptico.
La Fundación Valderrobres Patrimonial será la encargada de ejecutar esta obra y se llevará a cabo junto con el proyecto de rehabilitación del edificio. El antiguo torreón defensivo es Bien de Interés Cultural -BIC- por lo que fue necesaria la autorización de la Comisión Provincial de Patrimonio, organismo que dio su visto bueno. «Tenemos ya la autorización de Patrimonio y ahora estamos ultimando el proyecto. Cuando lo tengamos concurriremos a alguna línea de subvención porque además será un proyecto económicamente sostenible» , explicó Manuel Siurana, director de la Fundación Valderrobres Patrimonial.
Siurana subrayó que este nuevo atractivo generará más empleo, suscitará el interés de muchos visitantes y constituirá un referente más entre los monumentos de Valderrobres. Se estima que serán necesarios 400.000 euros para poder ejecutar las obras. «Estamos convencidos de que va a ser un nuevo atractivo para nuestro municipio que se unirá a nuestra consolidada oferta monumental en la que llevamos muchos años trabajando para potenciar nuestro patrimonio», explicó Carlos Boné, alcalde de Valderrobres. Actualmente el edificio lleva 84 años abandonado. El torreón guarda tras de sí una truculenta historia. Tras sufrir varias reformas acabó siendo una vivienda más del casco urbano y quedó seriamente dañado tras un incendio en 1938. El último morador del edificio fue el denominado tío Valentinet, un anarquista valderrobrense que huyó a Francia durante la guerra civil. El incendio de la Torre Valentinet se produjo pocos días antes de la entrada de las tropas franquistas en Valderrobres el 1 de abril de 1938.
Se cree que el tío Valentinet, dueño hasta ese momento del edificio y ante la inminente entrada del bando sublevado, decidió quemar el edificio y todas las pertenencias que se hallaban en él, impidiendo así su posterior aprovechamiento. Tras ocho décadas sin que nadie reclamase la titularidad del terreno, el Ayuntamiento de Valderrobres comenzó en 2017 las gestiones para conseguir hacerse con la propiedad del mismo y poder así actuar. El edificio data del siglo XV, es de piedra sillar y conserva varios elementos defensivos como aspilleras.
Enrique Bayona, premio Asunción Tomás Foz
La Fundación Valderrobres Patrimonial otorgará la IV edición del premio «Asunción Tomás Foz» a Enrique Bayona. La entidad valderrobrense entregará este galardón el próximo 25 de junio en una ceremonia que tendrá lugar en el castillo de Valderrobres. La Fundación decidió premiar a Bayona por el «trabajo enormemente importante en favor del desarrollo socioeconómico de Valderrobres y de la comarca del Matarraña. «Pensamos que si el Matarraña es actualmente una de las pocas comarcas de Aragón que crecen es en buena parte por el trabajo de Enrique Bayona y del equipo que trabajó junto a él y que cristalizó en Grupo Arcoiris», explicó Manuel Siurana, director de la Fundación Valderrobres Patrimionial.
Bayona se hizo cargo de la Oficina de Extensión Agraria de Valderrobres a finales de los años 70, Tras varios estudios, análisis y años de trabajo constituyó junto con varios ganaderos la primera junta de Ganadería Unida Comarcal, CUGO, germen de Grupo Arcoiris y que consiguió erigir la primera fábrica de piensos del Matarraña. «Estoy muy agradecido y contento, pero tengo que hacer extensivo este reconocimiento a los primeros socios de GUCO, que avalaron con sus bienes la nueva fábrica, a todos los que trabajaron conmigo y a todos los que continúan haciendo que Arcoiris siga hoy siendo lo que es», explicó Bayona. En aquellos años el Matarraña vivía un éxodo demográfico y las previsiones apuntaban a que Valderrobres podría quedarse en 1.000 habitantes. Bayona, junto con varios ganaderos, impulsó que se generase valor añadido en el territorio en base a la industria agroalimentaria.
El premio «Asunción Tomás Foz» fue creado en 2019 con el objetivo de reconocer la labor de las entidades o personas que han trabajado por el desarrollo cultural, patrimonial, económico y social de Valderrobres. Durante las tres anteriores ediciones el galardón se otorgó a las Hermanas de la Caridad de Santa Vicente de Paúl, a las trabajadoras de la Residencia de Mayores por su labor durante la pandemia y a Santos Gracia, de la Fundación Funiber.