La ermita de Los Santos o Los Sants de Valderrobres podría recuperar todo su esplendor. La Fundación Valderrobres Patrimonial, con ayuda del Ayuntamiento, quiere iniciar el proceso de consolidación y restauración de la única de las 5 ermitas con las que contaba la capital del Matarraña y que ha llegado hasta nuestros días. El edificio resultó especialmente afectado durante las nevadas provocadas tanto por la borrasca Gloria en 2020 como por Filomena en 2021. «Observamos unas grietas que fueron apareciendo y creciendo especialmente tras estos dos temporales y constatamos que el edificio corre riesgo de colapsar», explicó Manuel Siurana, director de la Fundación Valderrobres Patrimonial.
El edificio es propiedad del Arzobispado de Zaragoza, por lo que la Fundación solicitó a la institución la cesión de uso al Ayuntamiento de Valderrobres. Tras una reunión que tuvo lugar hace varios días se llegó a un acuerdo para hacer efectiva esa sesión por 25 años y, asimismo, obtener la autorización del Arzobispado para poder actuar en el edificio. «La reunión con el Arzobispado fue muy positiva. Tenemos el objetivo de poder restaurar y concluir este mismo año la restauración de esta ermita tan querida por los valderrobrenses».
La Fundación y el Ayuntamiento cuentan ya con el proyecto de ejecución de las obras. Para ello serán necesarios 150.000 euros, de los cuales 50.000 los aportarán el Ayuntamiento y otras instituciones. El resto, 100.000 euros, será sufragado por la propia Fundación que pretende impulsar una campaña de mecenazgo para poder hacer frente a los costes de la obra. En este caso desde la Fundación apuntaron a que, a diferencia de otros monumentos rehabilitados, la restauración de la ermita de Los Santos no tendrá ningún retorno económico para la localidad, como sí lo tienen el castillo, la iglesia y el museo, que además crea puestos de trabajo. «La inversión que hagamos en este caso no tiene ninguna rentabilidad, por ello y por ser un monumento tan querido por los valderrobrenses, pensamos que lo conveniente es que seamos los propios vecinos los que contribuyamos a su consolidación», añadió Siurana. Está previsto que en las próximas semanas se den a conocer los detalles de cómo todo aquel que lo desee puede colaborar en la restauración del santuario.
Proyecto para el torreón de Valentinet
Otro de los edificios con mayor historia y más originales de la capital del Matarraña se encuentra en pleno casco urbano. Se trata del torreón de Valentinet, situado muy cerca del conjunto Castillo-Iglesia. El edificio es de piedra sillar y conserva elementos defensivos aunque actualmente se encuentra en ruinas. La intención en este caso es rehabilitarlo y ofrecer un nuevo punto de interés para los visitantes que acudan a Valderrobres, por lo que, además de aportar un valor añadido al casco histórico, su restauración generará un impacto económico en la localidad. «Contamos con un proyecto muy sólido que incluye una novedosa oferta cultural que pensamos que será muy novedoso en todo Aragón y que sin duda atraerá el interés de muchos vecinos y visitantes. Será un nuevo atractivo para Valderrobres y además recuperaremos un edificio con un enorme valor patrimonial», añadió Siurana.
En este caso el proyecto se encuentra ya en la Comisión Provincial de Patrimonio, organismo que podría resolverse a corto plazo. En este caso la inversión podría superar los 400.000 euros. «Es una inversión muy importante por la oferta que vamos a tener allí y porque creemos que el retorno económico será de igual modo muy significativo», añadieron desde la Fundación. Para sufragar los costes, la Fundación acudirá al Ministerio de Fomento y al Ministerio de Cultura para intentar acceder al 1,5% cultural. De igual modo se intentará acceder a fondos FITE dado el «impacto» económico que la restauración de este notable edificio aportará a la localidad.
Actualmente el edificio lleva 84 años abandonado. El torreón guarda tras de sí una truculenta historia. Tras sufrir varias reformas acabó siendo una vivienda más del casco urbano y quedó seriamente dañado tras un incendio en 1938. El último morador del edificio fue el denominado tío Valentinet, un anarquista valderrobrense que huyó a Francia durante la guerra civil. El incendio de la Torre Valentinet se produjo pocos días antes de la entrada de las tropas franquistas en Valderrobres el 1 de abril de 1938. Se cree que el tío Valentinet, dueño hasta ese momento del edificio y ante la inminente entrada del bando sublevado decidió quemar el edificio y todas las pertenencias que se hallaban en él, impidiendo así su posterior aprovechamiento. Tras ocho décadas sin que nadie reclamase la titularidad del terreno, el Ayuntamiento de Valderrobres comenzó las gestiones para hacerse con la propiedad del mismo.