En el Hogar Santo Ángel de Alcañiz los trabajadores tomaron el pasado domingo la decisión de permanecer en el centro para minimizar el riesgo de contagio por coronavirus y proteger así a sus residentes. Cuando la situación se recrudeció fueron los propios trabajadores los que reflexionaron y se dieron cuenta de que al salir y entrar se estaba exponiendo a los residentes. Fue entonces cuando tomaron la decisión.
Comprometidos con las personas mayores, especial grupo de riesgo, no buscan ser ejemplo, sino protegerles. «Vamos a continuar con estas medidas mientras sea necesario. Tenemos claro que protegerlos a ellos supone también protegernos a nosotros y a nuestras familias ,y es esa la única finalidad», aseguró Esther Gázquez, una de las trabajadoras del centro.
El Hogar Santo Ángel atiende ahora mismo a 126 residentes. Para ello se encuentran en el centro, además de las Hermanas, un total de 12 trabajadores. «Somos una gran piña. Como se suele decir: la unión hace la fuerza», indica Sor Marta. Según explican, los ancianos «lo están llevando muy bien» pues la vida en este centro continúa con diferentes actividades que tratan de hacerles pasar buenos ratos. «El otro día celebramos San José por todo lo alto, con baile, canto y bingo», explicó alegre Sor Marta.
Sin visitas por parte de los familiares desde hace más de una semana y media, las llamadas son una constante que los responsables de este centro atienden de buen agrado. Según explica, los trabajadores están manejando la situación con tranquilidad y mucho ánimo. Por eso quieren mandar también a los familiares de los residentes un mensaje de calma.
Sin salidas ni entradas por parte de los trabajadores, únicamente los proveedores -además de los facultativos en caso necesario- traspasan las puertas del recinto del Hogar, siempre cumplimentando las medidas de seguridad necesarias para no poner en riesgo a los residentes.