El fuerte viento no impidió que Aguaviva, como cada 28 de agosto, pudiera desplegar este lunes sus tradicionales alfombras con motivo del Santísimo Misterio. La duda de si el aire volaría o no el serrín que las decora estuvo presente hasta el último momento previo, motivo por el que los vecinos decidieron sellarlo en el suelo con agua, un hecho inédito en el proceso de su colocación. Esto demoró más el proceso habitual, que terminó una hora más tarde. También generó más nervios que años anteriores entre los vecinos implicados, especialmente en los que trabajaban en el altar principal. Este fue justamente el último en ser terminado a cargo de dos chicas que celebraron el logro con un fuerte abrazo que despertó los aplausos y gritos de alegría entre los presentes. Todo ello frente a un diseño en el que podía leerse ‘El amor me lo fay fare’, uno de los dichos más queridos por cualquier aguavivano y que, casualmente, hace referencia a la unión de todo su pueblo.
Si bien es cierto que la afluencia de público fue «menor que en años anteriores» debido a que la festividad coincidió con un lunes, fueron varias las familias de pueblos aledaños las que no quisieron perderse una cita declarada desde el año 2017 Bien de Interés Turístico. La temática para este año era sobre juegos, y los que más parecieron disfrutarla fueron nietos y abuelos, a quienes podía verse recorriendo las alfombras mientras los mayores explicaban detalles sobre los más tradicionales, como el dominó o las cartas, y los más pequeños sobre los más actuales, como el Candy Crush o el Mario Kart. «La conexión entre generaciones es lo que buscábamos cuando decidimos esta temática», explicó su diseñador, David Valencia.
No obstante, tal y como dicta su carácter efímero, estos solo se pudieron disfrutar durante unas pocas horas. El aire comenzó a soplar más fuerte justo cuando se dio paso a la tradicional procesión del Santísimo Misterio, la cual pasó justo por encima de las creaciones dejando las imágenes solo en la memoria de los presentes y despidiéndose así hasta el año que viene. «Quizás hemos sido menos, pero la unión de los vecinos ha vuelto a demostrarse y eso es lo importante», celebró Aitor Clemente, alcalde de la localidad.