El rastrillo de Manos Unidas abrió sus puertas el pasado 31 de octubre, después de un año sin poder colocar los artículos para la venta debido a la pandemia. Cada domingo y día festivo, vecinos y visitantes han respondido a la cita y se han acercado en horario de 11.00 a 14.00 a mirar y comprar. Este domingo será la última oportunidad para poder colaborar.
La variedad es muy amplia y se puede adquirir desde una mesa de comedor hasta sencillos artículos de papelería, adornos, juguetes o libros, entre un largo etcétera. Uno de los puestos más concurridos es el de textil, ya que se pueden encontrar desde telas de confección hasta ropa actual o de traje regional. No faltan tampoco los tradicionales dulces, como las tortas y los buñuelos recién hechos, para alegrarse el estómago.