Valderrobres se ha vuelto a emocionar con el baile del Bolero, que tras tres años, ha regresado durante la jornada del martes a la plaza del ayuntamiento. Como cada 16 de agosto, día de San Roque, más de una veintena de joteros de todas las edades, ataviados con el traje regional, han interpretado uno de los dances más queridos y que más sentimientos despierta entre los vecinos de la localidad. El evento ha tenido lugar tras la solemne misa en honor al patrón de Valderrobres, amenizada por la Rondalla Aires del Matarraña.

Este dance se baila en parejas y su ritmo general es más lento que el de una jota tradicional, pero concluye con un rápido entramado de pasos finales en lo que supone una evidente referencia a la jota aragonesa. «Es todo un placer compartir este momento porque es solo una vez al año, nos juntamos todos los amigos de Valderrobres y es indescriptible la sensación que sentimos», explica Madalina Tepes, una de las participantes.

La historia del Bolero de Valderrobres se remonta a tiempos tiempos antiguos, pero fue recuperado en 1952 gracias a los recuerdos de las mujeres más mayores del lugar. Ramón Puyo Serrano fue el encargado de ponerle la letra y, junto a la rondalla, se reconstruyó toda la partitura para que jóvenes y mayores puedan disfrutar de esta muestra del folclore aragonés. «Es una tradición que se lleva celebrando durante siglos en Valderrobres y para nosotros es algo muy bonito y especial. Hay personas que a lo mejor viven fuera y hace 40 años que no lo han visto, pero vuelven y sienten la misma emotividad», ha añadido Belén Segurana, otra de las valderrobrenses participantes.