El portillense Víctor Vidal no puede evitar sentir emoción cuando recuerda a Antonio Celma, quien fuese uno de los últimos vecinos de La Portellada en cultivar una variedad de garbanzo autóctona, hasta hace décadas muy abundante en la localidad. Sin embargo el fallecimiento de Celma en 2021 hizo que peligrase la continuidad de esta legumbre tan ligada a la historia y a las cocinas de los portillenses. Por ello Vidal, miembro de la Red de Semillas de Aragón, además de agricultor ecológico, divulgador y estudioso de la agricultura tradicional del Matarraña, se propuso no solo recuperar su cultivo si no conseguir aumentar la producción y que los restaurantes de la zona ofrezcan en sus menús el garbanzo de La Portellada. «Es un garbanzo de tamaño medio y muy equilibrado. Tiene varias peculiaridades como que al cocerlos la piel no se desprende. Además es mantecoso pero con un punto de granulosidad y es muy agradable de comer» , explicó el divulgador Víctor Vidal.
El garbanzo de La Portellada está siendo, junto con el ternasco de Aragón y el vino del Matarraña, uno de los ingredientes protagonistas de las XVII Jornadas Gastronómicas del IES Matarraña de Valderrobres. Dentro de este programa de actividades los alumnos elaboraron un menú degustación que se sirvió ayer y el pasado jueves 27 en el restaurante Chapeau del centro educativo. Los alumnos y profesores de los grados de Hostelería pudieron conocer de primera mano la historia y las propiedades culinarias de esta legumbre en la charla que ofreció Vidal el martes por la mañana.
El portillense ya estableció contacto con el CITA para incluir un estudio sobre esta legumbre, por lo que pasó a formar parte de los planes de mejora y estudio sobre las legumbres de Aragón, siendo uno de los seleccionados para implementarlo como producto de calidad en la provincia de Teruel. «Creo que lo hemos salvado. El cultivo ha estado en la UCI porque casi se pierde, pero este próximo mes de marzo vamos a ser varios los que lo cultivemos. Tenemos que hacer una gran pedagogía», añadió Vidal.
Lo cierto es que el portillense ya logró poner en valor la judía blanca de Beceite o Fesol de Beseit. Vidal, junto a varios establecimientos hosteleros del Matarraña, fue pionero en 2018 en la divulgación de esta legumbre y lo hizo precisamente en la XIII edición de las Jornadas Gastronómicas del IES.
En estos años no solo se ha asegurado su cultivo, si no que muchos establecimientos del Matarraña se han implicado en su recuperación, incluyéndolo en sus cartas. Restaurantes como La Fábrica de Solfa ofrecen menús temáticos sobre el fesol de Beseit y a raíz de esta pionera divulgación cocineros como el fabarol Rubén Martín comenzaron a darlo a conocer en Zaragoza. «Esperemos conseguir algo parecido con el garbanzo de La Portellada y que en pocos años algún joven se anime a apostar por este cultivo y más restaurantes lo incluyan en sus menús», añadió Vidal.
«Hay que trabajar por la D.O. Bajo Aragón»
El vino del Matarraña fue otro de los productos protagonistas. El actualmente mejor sumiller de España, el turolense Raúl Igual, dirigió el lunes una cata de vinos de la zona. Destacó la personalidad de estos caldos y de las variedades autóctonas como la garnacha. Sobre la transformación de la IGP Bajo Aragón en Denominación de Origen, Igual destacó que facilitaría que todos los productores trabajasen en la misma dirección y abriría mercados. «He notado una gran evolución en las bodegas de la zona. Sin duda se hace un vino de muy alta calidad y creo que se debe de trabajar por conseguir la D.O.», explicó Igual.
Las jornadas han puesto su punto final el viernes después de que arrancasen el lunes 24 con una charla sobre el ternasco de Aragón a cargo de Javier Robles, presidente de la Asociación de Cocineros de Aragón. «Hemos contado con unos ponentes de primer nivel y sin duda ha sido toda una oportunidad para nuestros alumnos y para todo el profesorado«, explicó Santiago Garín, responsable del departamento de Hostelería del IES.