Iván Calvo se despide de la competición en cálculo mental como campeón de Aragón y preparando el Mundial.
Lo han vuelto a hacer. Iván y Sandra Calvo Calvo han vuelto a hacerse con el primer puesto en sus respectivos niveles en las pruebas de cálculo a las que someten su agilidad mental cada año. Sandra desde el pasado e Iván desde unos cuantos antes. De hecho, con su participación en el último campeonato regional se despide.
A sus once años ya ha cumplido los cinco que permite de participación Aloha, un programa educativo dedicado al cálculo mental expandido por centros escolares de toda España. Iván y Sandra son zaragozanos y estudian en el colegio Tomás Alvira pero sus raíces se encuentran en el Bajo Martín. Sus fines de semana y sus veranos llevan los nombres de Vinaceite y La Puebla de Híjar.
El Parque de Atracciones de Zaragoza acogió el regional el pasado fin de semana donde se midieron más de 200 niños de entre 5 y 13 años. Cada uno en su nivel se enfrentaron al reto de resolver 70 operaciones en cinco minutos con la única ayuda de su mente y de un ábaco.
Rumbo al Mundial
Iván se alzó con la copa de campeón por acertar 66 de las 70 pero para su despedida queda otro reto. Uno que le llevará a Moscú a competir el 22 de julio en el mundial. «A Zaragoza fui más tranquilo porque había practicado mucho pero el mundial se complica porque entran más operaciones más difíciles», explica.
Habla mientras termina de repasar apuntes del colegio porque está inmerso en los exámenes finales. Está acabando 6º de Primaria. «Todas las tardes saco un rato para hacer una ficha y cuando termine los dos exámenes que me quedan me centraré en el Aloha para Moscú», añade.
La saga continúa con Sandra
Iván viajará junto a otros 30 niños más de España que competirán a título personal ya que este año no hay nacional. Iván lo ganó en 2015 y en 2017 y fue subcampeón en 2016, títulos que suman a varios regionales. A Moscú irá con sus padres, quienes ven el viaje como un premio. «Pensamos que se lo merece por ser su último año», añade su madre Esther.
No obstante, se retira pero no del todo porque en casa, Sandra, de ocho años, sigue compitiendo. Este año en el regional fue la mejor de su nivel manteniendo los triunfos de 2017 cuando también ganó y fue subcampeona del nacional en su nivel.
Compagina el Aloha con muchas actividades. «Tengo ocupadas cinco tardes a la semana», dice divertida. Combina el cálculo con la jota cantada y bailada y la gimnasia rítmica en un claro ejemplo de lo que es una «mens sana in corpore sano».
Angel dice
Bien por los chicos del pueblo. Animo.