Salgo a la calle y camino por una calle cualquiera del casco histórico de Alcañiz, tranquilidad, parece un domingo a primera hora. Tan solo me encuentro a un repartidor llamando a un negocio que parece cerrado. Más adelante, un bar que aprovecha el cierre obligatorio para hacer reformas.
Sigo adelante y me llaman la atención algunos carteles de comercios. Hacen referencia al cierre por el coronavirus, desean poder ver pronto a sus clientes y les dicen que si necesitan algo de ellos no duden en contactar al número de teléfono que dejan a continuación. Una peluquera ofrece ir a domicilios en casos de extrema necesidad y una zapatería envía sus productos a casa. La tranquilidad la rompe una furgoneta de reparto que lleva varias cajas a una farmacia.
Otra cosa es cuando llego a la avenida Aragón, la principal arteria comercial de la ciudad. 11.30 de la mañana. Deja de ser domingo y en algunos momentos se parece bastante a las nueve de la mañana de un día laborable, eso sí, sin colegio ni niños. A cada día que pasa se ven más personas con mascarillas y guantes; y andamos mirando que no pase nadie demasiado cerca.

La norma general es el respeto al estado de alarma confinados en nuestras casas batallando entre el teletrabajo (¿es tan bonito cómo lo pintaban?), los niños, los quehaceres diarios y los innumerables retos de las redes sociales para los que no hay suficientes horas.
No obstante, algunos se lo toman con ligereza. Salidas a hacer la compra a varios establecimientos -esto aquí y lo otro allá- paseando por medio pueblo o compras pequeñas de media bolsa para tener una excusa con la que salir mañana. Lo de sacar al perro o tirar la basura ya no nos da pereza y lo vemos cómo la gran oportunidad para salir de casa. Y si el paseo es largo, mejor.

Un confinamiento relativo que ya está empezando a mosquear a las fuerzas del orden, que ya han pasado de las advertencias a las sanciones (económicas). «Hay gente a la que nos encontramos varias veces en una misma ronda, ya no valen las excusas», comentan. Ya han comenzado las sanciones a los que se saltan el Real Decreto de forma reiterada y no hacen caso a las advertencias de Policía y Guardia Civil.
En los demás países dejan salir a hacer ejercicio en solitario, e incluso lo aconsejan para quitar tensión, si se juntan en grupillos las multas son duras lo cual me parece bien,
aquí a ver si se dan cuenta porque alguno se acabará tirando por la ventana -dios no lo quiera- o mejor comprándose un perro,
Totalmente de Acuerdo. Hacer deporte en solitario, no tiene rieso de contagiarte. No vas a estar con nadie. Y alivia tensiones. A ver si se les enciende la bombilla.