Traía Amparo Heredia elegante vestido de manga larga por si refrescaba en Andorra. Afortunadamente el tiempo acompañó y con traje negro y mantón azulado se subió al escenario pasadas las ocho de la tarde de este sábado. La Lámpara Minera 2021 venía con ganas de disfrutar y de hacer disfrutar al público en el que ha sido su primer concierto después de ganar el prestigioso galardón en la 60 edición del Festival Internacional del Cante de las Minas, celebrado este mismo mes de agosto en La Unión (Murcia). Los exteriores del Museo MWINAS de Andorra acogieron a la cantaora, que vino acompañada de otros tres artistas que consiguieron parar el tiempo, al menos durante un rato, en el entorno minero.
‘La Repompilla’ -como se conoce a Amparo- desprendió arte por los cuatro costados subida al escenario andorrano. Su voz fue iluminando la tarde conforme la noche caía sobre la villa minera. Frente a ella, más de 250 personas, que asistían a la que es ya es cita obligada con el flamenco y que se echó en falta el pasado 2020. Entre el público, autoridades como la presidenta de la Comarca Andorra-Sierra de Arcos, Marta Sancho; o el alcalde de Andorra, Antonio Amador; y como invitados especiales, el alcalde de La Unión y el presidente de la Fundación Cante de las Minas. Ambos se trasladaron hasta Andorra para hacer más fuerte ese vínculo que se fraguó ya hace unos 14 años y que da buenos frutos, a la vista del gran ambiente vivido en la tarde-noche del sábado.
«Mis compañeros y yo vamos a dar el corazón para que disfrutéis», advertía Amparo al inicio del concierto. Y la granadina cumplió. El cante y la inconfundible guitarra de Kiki sonaron alto y claro ante un público con el aplauso siempre preparado para animar y dar calor a la Lámpara Minera. Amparo brilló sobre las tablas con un repertorio variado y completo que fue del gusto de los andorranos, a los que consiguió hipnotizar durante más de una hora con su voz en un concierto único.
Ganar la Lámpara, «lo más grande»
Confiesa Amparo que para ella ganar la Lámpara Minera fue una sorpresa y también auténtica satisfacción. «Además, ser la segunda mujer gitana después de Encarnación Fernández que se ha llevado este galardón es lo más grande», remarca. Tenía ganas, asegura, de volver a subirse a un escenario tras el parón obligado de la pandemia: «Para mí cantar es una necesidad. Si no, siento que me falta algo. Forma parte de mí. Los artistas tenemos eso: todas las emociones, tanto de pena o alegría, las expresamos a través de nuestro arte, ya sea cantando o tocando la guitarra».
Se fue de Andorra ‘La Rempompilla’ sin lucir vestido de manga larga. Lo que sí lució fue una sonrisa amplia que corroboraba que el calor del público andorrano la había hecho sentir como si estuviera en casa.